Pero conseguir ese reto pasa necesariamente por ser lo suficientemente competitivos y eficientes, para lo que no queda otro remedio que culminar determinados proyectos que, más allá de ser objeto de “mantras políticos”, son esenciales para dibujar un futuro sólido y estable.En este sentido, la Zona de Actividades del Puerto de Valencia, lejos de ser unas cuantas hectáreas desérticas de asfalto y hormigón, es una oportunidad que permitiría al Puerto de Valencia ganar enteros en competitividad, además de suponer un valor añadido para navieras y cargadores, por no hablar de la generación de riqueza y puestos de trabajo. Es imposible perder de vista el valor de la ZAL Valenciaport.En esta misma línea, ParcSagunt es un espacio empresarial e industrial con un indudable valor estratégico para el sector logístico debido a su proximidad con el recinto portuario del Camp de Morvedre. Potenciar este espacio, el mayor del sur de Europa, supondría nuevas oportunidades para Valenciaport.Y si hablamos de espacios no queda más remedio que recordar que tanto en Valencia como en Sagunto existen ampliaciones que deberían ser concesionadas cuanto antes. En este sentido, la comercialización debe multiplicarse y siempre será mucho más fácil salir al exterior con conectividad y espacios de valor añadido que sin ellos.ConectividadActualmente, y no solo por convencimiento mediático, la conectividad de los puertos se antoja como clave para poder entretejer una red logística e intermodal de primer nivel. En este apartado se ha avanzado, no sin mucho esfuerzo, en la conexión viaria de los puertos, aunque quedan grandes y relevantes asuntos por resolver, como es el caso del acceso norte al Puerto de Valencia o la necesaria mejora y ampliación de la A3, una de las principales arterias económicas del país fundamental para los puertos valencianos.Donde ahora mismo se juega la batalla es el los accesos ferroviarios. En esta particular partida Sagunto tiene que ver, necesariamente, como ese acceso llega hasta sus muelles. Lo contrario sería condenarse a un letargo insoportable. Sin salir del modo ferroviario, los puertos de la APV juegan un papel destacado en el futuro Corredor Mediterráneo, por lo que también se la están jugando cuando las dotaciones presupuestarias no son lo que en justicia deberían ser por generación de riqueza y potencialidad.Asimismo, la conexión ferroviaria entre Sagunto y Zaragoza a través de Teruel, merece definitivamente un acondicionamiento y mejora de sus infraestructuras. Cualquier demora en estos proyectos se convierte directamente en pérdida de competitividad para los puertos valencianos.EficienciaPero si importantes son las infraestructuras, no lo es menos un elemento poco tangible pero con una incidencia directa en la cuenta de resultados de las empresas: la eficiencia.Los puertos de la APV tienen la obligación de seguir buscando la fórmula para ser más eficientes. Para ello será necesario buscar elementos que ayuden a reducir los costes al tiempo que se incrementa la competitividad. La revisión de los servicios que se prestan en el puerto, la implicación de los agentes que intervienen en cada uno de ellos y una actuación coordinada, pueden ser la base para sobrevivir en un mercado enormemente competitivo en el que las cartas no son iguales para todos.El cumplimiento de la sentencia de Luxemburgo sobre el modelo de la estiba español va a suponer, se quiera o no, la modificación real del sistema (aunque sea después de las elecciones generales). Valencia, como todos los puertos españoles, tendrá que adaptarse si quiere ganar la batalla de la competitividad con el único propósito de ser útil a la economía real de la región y del país.