Además, ha iniciado la regulación y restricción del tráfico terrestre en la zona para no agudizar las emisiones contaminantes. La autoridad portuaria cerró la semana pasada al tráfico la zona donde se originaron las nubes de polvo de carbón para permitir el uso de tensoactivos con los que regó toda la superficie no ocupada -unos 70.000 metros cuadrados- "para crear una película que impida la liberación de partículas".También se han acortado los plazos para otras medidas ya previstas, como el asfaltado de la zona de almacenamiento, un área aproximada de 105.000 metros cuadrados, que deberá impedir que el polvo de carbón se acumule adherido a la superficie como en sucedía hasta la fecha, una iniciativa que se acometerá en el curso de este ejercicio y en 2016.Junto a estas medidas, "prosigue el estudio para otras iniciativas con el mismo objetivo, como pueden ser determinados apantallamientos, cuyos efectos -dada su complejidad- están siendo analizados detenidamente por los expertos en la materia", concluye la autoridad portuaria asturiana.