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Trabajo en las alturas

Tenemos la certeza de que uno nunca se acostumbra a las alturas. Por más que el camino ascedente de las escaleras esté protegido y a salvo de posibles caídas hasta el muelle, la sensación de vacío a 50 metros de altura sobre una grúa sigue siendo espectacular y vertiginosa. Evidentemente, la experiencia y la costumbre hacen que la exposición produzca sensaciones un tanto diferentes, pero para el que no domina las alturas no hay nada como el temblequeo de piernas y la fuerza inimaginable que se aplica a la manos asidas a la escalinata. Si odian las experiencias potentes, ni lo intenten.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:07