Así se expresó Juan Riva, presidente de la European Community Shipowner's Association (ECSA) y de Grupo Suardíaz, al afirmar que “la entrada en vigor a partir del año 2015 de la nueva normativa IMO va a potenciar las ventajas medioambientales, aunque también provocará un aumento del 50% en los costes del combustible con respecto al de uso tradicional y una pérdida de competitividad del Short Sea Shipping con respecto a otros medios de transporte”.Esta normativa, tal y como alertó Riva, podría “provocar un trasvase de la carga del modo marítimo al modo terrestre, justo lo contrario de lo que intenta la Unión Europea”. La nueva normativa dibuja un escenario con zonas sensibles (ECA) a las emisiones que tiene como alternativas seguir con el gasoil como combustible, utilizar los “scrubbers” o depuradores en los buques, o bien dar entrada al Gas Natural Licuado (GNL) como combustible y todas ellas tienen unos diferenciales con respecto al modo tradicional que en algunos casos “serían muy difíciles de asumir para los armadores”, indicó el presidente de la European Community Shipowner's Association (ECSA) y de Grupo Suardiaz.Importantes inversionesEn concreto, la entrada en escena del LNG supondría importantes inversiones tanto en buques como en terminales portuarias, que deberían adaptar sus instalaciones para poder suministrar este combustible. Según el presidente de ECSA, “la CE puede jugar un papel importante a nivel de ayudas europeas, con posibilidades reales de inversión siempre y cuando se demuestre que el proyecto tiene como finalidad potenciar la política medioambiental.