Santi Vila realizó estas declaraciones durante una visita al Puerto de Palamós, un enclave que es puerta de entrada y salida por mar para las mercancías de la zona de Girona y que se ha convertido en el segundo puerto de Catalunya en tráfico de cruceros.Pese a las potencialidades del enclave, la actividad comercial de Palamós ve limitada su capacidad de crecimiento porque no dispone de un PIF, lo que le permitiría recibir "productos vegetales y de origen animal extracomunitarios destinados al consumo humano", entre otras mercancías, señala la Generalitat. Ports de la Generalitat, ente que gestiona el enclave, cuenta con una partida presupuestaria para construir el edificio donde se realizarían los análisis de estas mercancías extracomunitarias.Durante el primer semestre de 2013, por el Puerto de Palamós han pasado 139.000 toneladas de mercancías, con un incremento del 12% respecto al mismo período del pasado año. En cuanto a los cruceros, en los últimos cinco años Palamós ha recibido una media de 33.000 pasajeros anuales.En el caso del tráfico de pasajeros, la incorporación de Palamós al espacio Schengen le convertiría en frontera marítima exterior y permitiría la estancia temporal a personas de países que no forman parte de la UE, afectando positivamente a pasajeros y tripulantes no comunitarios.