TENERIFE. Los desafíos y las múltiples posibilidades que presentan los puertos inteligentes han centrado la jornada. En este sentido, en su intervención, el director de la Cátedra Smart Ports de la Universitat Jaume I, Francisco Toledo, ha resaltado la “necesidad de colaboración entre los puertos para desarrollar puertos inteligentes”, así como “el papel de la Cátedra Smart Ports como nexo para facilitar dicha colaboración”, puntualizando que “esta voluntad para cooperar tiene que ir más allá de las autoridades portuarias e incorporar también a las empresas”.
En este orden de cosas, el director de la Cátedra Smart Ports se ha referido a un nuevo término que podría definirse como “coopetencia”, es decir, “colaboración + competencia” y que podría resumirse como “colaboración con la competencia en ciertas áreas para lograr objetivos comunes, mientras se compite en otras”. Y es que, en su opinión, colaborar con la competencia implica reducir costes de desarrollo, acceder a nuevos mercados, compartir riesgos tecnológicos e impulsar estándares industriales.
“Colaborar no es una señal de debilidad, sino una estrategia inteligente: a veces, la mejor manera de competir es construir alianzas que generen valor para todos. Colaborar con la competencia es competir con inteligencia. Coopetencia es competir con inteligencia”, ha explicado.
Y, como ejemplos de ‘coopetencia’ en el sistema portuario, Toledo ha apuntado, por un lado, a la plataforma de ciberseguridad del sistema portuario implantada en las 28 Autoridades Portuarias de España, y, por otro, a la elaboración de la norma UNE 178110, que ha sido un trabajo conjunto entre Puertos del Estado, Autoridades Portuarias y empresas y asociaciones sectoriales.
Según Toledo, las principales aportaciones de un puerto inteligente pueden resumirse en tres componentes: “eficiencia, sostenibilidad y seguridad”. “Y aquellos que mejor los desarrollen serán los elegidos, porque no hay que olvidar que la competitividad futura de los puertos se está jugando ya en la liga digital. Hasta ahora, los puertos competían en las infraestructuras físicas, pero, en estos momentos, se trata de proporcionar valor añadido”.
Al mismo tiempo, Toledo ha incidido en que “actualmente, contamos con una enorme capacidad para recopilar datos, pero estos deben transformarse en información de calidad y esta, en conocimiento para una adecuada toma de decisiones”, vinculando este objetivo con la previsiones de la ESPO según las cuales en la próxima década los puertos europeos deberán invertir más de 80 mil millones de euros, especialmente en el ámbito digital.