No hay paz para la estiba. En las últimas semanas los conflictos puerto a puerto han comenzado a multiplicarse con mayor o menor intensidad, siempre con el telón de fondo de la huelga, en una escalada que no es casual.
Están ahora mismo los frentes abiertos de dos de los puertos más importantes de España, Valencia y Bilbao, pero la conflictividad se ha reproducido en mayor o en menor medida en enclaves como Avilés y también llegan ecos de puertos como Sevilla o Almería.
En teoría, la hoja de ruta lo que refleja es que ahora mismo los puertos españoles deberían seguir sumidos en una calma chicha a la espera de la aprobación del V Acuerdo Marco, de tal forma que, una vez definido por fin el tablero de juego, se bajara a la arena de cada enclave y, puerto a puerto, se fueran dirimiendo las cuitas en los distintos convenios locales.
Ahora bien, el V Acuerdo sigue sin ver la luz, a la espera todavía de que Competencia emita el que sería su tercer informe sobre la viabilidad del convenio, y, en cambio, los conflictos comienzan a desatarse incontenibles puerto a puerto, no con las mismas causas, ni con los mismos detonantes, ni con las mismas posiciones de bloqueo pero, eso sí, en todos los casos con el mismo efecto: la huelga, como amenaza o como consecuencia, y, en cualquiera de los casos, la inestabilidad palpable y real.
Más allá del análisis muelle a muelle de las distintas cuestiones concretas que dividen a patronal y sindicatos, hay tres factores esenciales que vertebran ahora mismo todos los conflictos, según las distintas fuentes consultadas por este Diario.
En primer lugar, la dilación en todo el proceso legislativo de liberalización y en el proceso de negociación del V Acuerdo Marco está llevando al marco laboral de la estiba en los puertos a una situación insostenible.
Estamos hablando de que los problemas se llevan aplazando meses y meses, años y años sin que todas las reglas queden definidas y estamos llegando a una situación en la que empresas, por un lado, y sindicatos, por otro, se ven en la tesitura de tomar decisiones inaplazables o, en el peor de los casos, de afrontar demandas que prenden y desatan incendios latentes que ya no se pueden soslayar. Como una presa que se desborda, es necesario avanzar, lo que aflora la verdadera realidad subyacente.
En segundo lugar, no podemos obviar que el conflicto, con sus cimas y valles, ha vivido ya muchas batallas, las más evidentes las de los reales decretos en el Congreso y la propia del V Acuerdo Marco, a la espera esta de resolución definitiva.
En todas ellas se han ido resolviendo unas cuestiones y se han ido aplazando otras para los subsiguientes envites, siempre con el deseo de las partes de recuperar posiciones en esos ámbitos de negociación venideros. A este respecto, cerrado el V Acuerdo, los convenios sectoriales serán puerto a puerto el nuevo ámbito de disputa que se nos avecina. Así, los conflictos surgidos en las últimas semanas no son más que el anticipo del nuevo escenario que tendrá lugar una vez aprobado el convenio sectorial.
Por último hay que señalar que, para preparar ese próximo escenario, tanto la patronal ANESCO como el sindicato mayoritario de estiba Coordinadora han defendido la estabilidad puerto a puerto como eje esencial para generar -en condiciones óptimas y sin levantar las suspicacias de los supervisores- el nuevo convenio.
Ahora bien, en determinados puertos los comités de empresa son cada vez más variopintos, lo que invita a la radicalización de las posturas y a que determinados mensajes de unidad en el conjunto del colectivo de trabajadores portuarios se quiebren, anticipándose conflictos o cuanto menos disensiones que estamos viendo estos días como incontenibles.
El resultado al final es evidente: la estiba sigue de momento sin encontrar la fórmula de la paz social, elemento clave para garantizar la competitividad.
Las diferencias en los últimos tiempos se han ido aplazando mes a mes, año a año, hasta el punto de que algunas realidades no son ya sostenibles
Esperando a la CNMCComo viene siendo de forma ininterrumpida desde julio de 2017, un día más el sector de la estiba aguarda un pronunciamiento de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).Ahora mismo lo que toca es que la CNMC emita el que será su tercer informe sobre el texto acordado por la Comisión Negociadora del V Acuerdo Marco para las Relaciones Laborales en el Sector del Estiba Portuaria.El primer texto fue rechazado en mayo por Competencia con un informe que reflejaba diez objeciones. El segundo texto fue rechazado en agosto con un informe que reflejaba siete objeciones. Para el tercer texto se espera un nuevo informe de manera inminente. Si ya no hubiera objeciones el texto estaría listo para su publicación en el BOE por Trabajo..
Sigue habiendo numerosas cuestiones por dirimir en materia de estiba. Peones en el tableroHay una serie de peones o factores muy relevantes que están condicionando ahora mismo el tablero de juego en la estiba y en los conflictos de cada uno de los puertos. Estos son:
CENTROS PORTUARIOS DE EMPLEOEl debate sobre el futuro de cada Centro Portuario de Empleo (CPE) en cada puerto es recurrente. Sea o no sea objetivo de las empresas su disolución, esta es utilizada ahora mismo tanto como amenaza como arma arrojadiza por una u otra parte, multiplicando la tensión de cara a una decisión que el definitivo V Acuerdo demostrará si es realmente una opción y si es viable. Mientras tanto, el fantasma, en función de cada puerto, pulula con mayor o menor verosimilitud, enrareciendo el ambiente.
LA SUBROGACIÓNÍntimamente ligada al futuro de los CPE y sentenciada por la CNMC en la versión pactada en el IV Acuerdo, la subrogación es la llave de la garantía en el empleo para los estibadores, pilar fundamental desde el arranque de la liberalización. Mientras el V Acuerdo no deje claro este aspecto, va a seguir trufando de inseguridades las relaciones de empresas y trabajadores en cada puerto ante la posibilidad de, como mínimo, salidas o disoluciones del CPE que varíen las actuales condiciones de los trabajadores.
COMITÉS DE EMPRESACoordinadora sigue siendo en España con diferencia el sindicato mayoritario, si bien en distintos puertos, algunos de ellos los más importantes, no es ahora mismo Coordinadora quien preside los Comités de Empresa. Hablamos ahora mismo de Comité dirigidos por la suma de distintos sindicatos minoritarios, es decir, equipos inestables que en muchos casos tienden a la radicalización de sus posiciones. En este sentido, una parte de la conflictividad en determinados puertos se viene achacando, según diversas fuentes, a la toma de posiciones populistas que garanticen el apoyo de la masa portuaria, con visiones cortoplacistas que acrecientan la inestabilidad.
LOS ÁMBITOSPiedra angular de las sentencias que condenaron en su día al primer IV Acuerdo Marco, los ámbitos siguen siendo en estos momentos uno de los ejes que siguen condicionando la inestabilidad. La fricción sigue siendo palpable a la hora de dirimir quién hace qué o, mejor dicho, a partir de ahora quién va a hacer qué, lo cual se agrava si nos detenemos en puertos donde cuestiones como las actividades complementarias comportan un dilema histórico de hondas proporciones.
LA AUTOMATIZACIÓNÍntimamente ligada con los ámbitos, nada ahora mismo en la negociación de la estiba puede desligarse de esa espada de Damocles que es la automatización. Todos los posicionamientos son preventivos ante un futuro que marca claramente un cambio de los perfiles en el trabajo portuario. En muchos puertos y en muchas terminales hay proyectos llamados a revolucionar la contratación y muchas de las escaramuzas presentes aventuran las batallas del inmediato futuro.
LA FORMACIÓNLa formación ha sido uno de los grandes aspectos sobre los que Competencia ha alertado en sus distintos informes del V Acuerdo. Cómo se forma y quién forma es uno de los pilares del poder en los muelles. Quién tiene potestad sobre la formación y quién tiene voz es clave, algo que estamos viendo estos días con claridad en algunos de los conflictos portuarios abiertos.