La incidencia de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 está siendo muy intensa en la industria crucerística. La imposición de restricciones y la cancelación de decenas de itinerarios ha puesto en jaque al sector.
A pesar de esta situación, las navieras de crucero de todo el mundo han mantenido su apuesta por la implementación de medidas ambientales no sólo en los buques ya en servicio, sino también en los de nueva construcción. Esta apuesta se traduce en un desembolso global de 23.500 millones de dólares en tecnologías y procesos asociados a la disminución del impacto de la industria en el entorno.
Así lo avanzó en el día de ayer Alfredo Serrano, director general de CLIA España, durante la presentación en Valencia del Informe de Prácticas y Tecnologías Ambientales 2020 que la Oxford University elabora para CLIA, y que este año ha llegado a su cuarta edición, y que estuvo acompañado por la directora comercial y de Desarrollo de Negocio de la Autoridad Portuaria de Valencia, Mar Chao.
Una de las apuestas más decididas que está realizando la industria es la adaptación de sus buques actuales y futuros para la utilización de nuevos combustibles (como el GNL o el hidrógeno) y para poder conectarse a la red eléctrica en los puertos de escala
Aunque por el momento el porcentaje de los buques que pueden utilizar el gas como combustible es mínimo, 25 de los nuevos barcos que entrarán en servicio en los próximos 4 o 5 años estarán propulsados por este combustible. “Por ello, es necesario que tanto las autoridades portuarias como las propias terminales habiliten de forma urgente infraestructura que garanticen el suministro de estos nuevos combustibles”, aseguró Serrano, que matizó no obstante que es en Asia o América donde hay más necesidad de este tipo de infraestructuras.
Electrificación
Hoy por hoy, el 32% de la flota de cruceros puede conectarse a la red eléctrica de los puertos de escala, aunque únicamente el 1% de los 1.400 enclaves que visitan los barcos asociados a CLIA ofrecen este servicio. En este punto, Serrano puso en valor el proyecto de instalación de una subestación eléctrica que está desarrollando la Autoridad Portuaria de Valencia.
Reducción de emisiones
“A pesar de la percepción que tiene la opinión pública de nuestro sector como poco reglado, hay que destacar que es uno de los que más normativa tiene en materia ambiental, muy por encima del transporte aéreo”, aseguró ayer Alfredo Serrano.
EL DATO
23.500 M $La industria crucerística ha invertido 23.500 millones de dólares en tecnologías y procesos asociados a la disminución de su impacto en el medio ambiente.
CLIA ha puesto en valor el proyecto de electrificación de muelles en el que está inmerso Valenciaport
“Hay que levantar cuanto antes las restricciones en el mercado español”El levantamiento paulatino de las restricciones a la industria del crucero en algunos países de Europa y la alternativa de los cruceros “domésticos” es el primer paso para CLIA en la vuelta a la normalidad, aunque no es suficiente.
Alfredo Serrano instó ayer al Gobierno de España a levantar “cuanto antes” esas restricciones a la industria. Serrano ha recordado que países como Alemania, Italia o Grecia “ya han dado ese paso” con itinerarios más pequeños. En el caso de Alemania, conectando sus puertos con el Norte de Europa, o en el de Italia, realizando escalas en puertos nacionales.
Hay que recordar que, desde el mes de marzo, con la declaración del estado de alarma, el tráfico de pasajeros de cruceros quedó suspendido en los puertos españoles. Serrano recalcó que los protocolos de seguridad y salud que se siguen en los buques de cruceros “son muy estrictos”.
Por su parte, Mar Chao destacó la importancia de una industria como la crucerística no sólo para el puerto de Valencia, sino para toda la ciudad, y puso en valor el proceso de adjudicación y construcción de la nueva terminal de pasajeros en el que está inmerso Valenciaport y su compromiso ambiental.
Y es ese cumplimiento de la normativa -”que en ocasiones va mucho más allá de los que se nos exige”- el que ha posibilitado que los buques de crucero supongan el 2,6% de las emisiones totales contaminantes generadas en el transporte marítimo en el año 2017, según un informe de la IMO.
Asimismo, tomando como referencia el EERA Report, las emisiones de los cruceros en los puertos suponen el 1,24% del total, frente al 22,3% de los portacontenedores, recordó Serrano. Además, “no ha habido ninguna detención de buques de crucero en Europa este último años”, aseguró.
Referente
Mar Chao puso como ejemplo de compatibilidad entre el desarrollo del sector crucerístico y sostenibilidad ambiental la nueva terminal de pasajeros con la que contará el puerto de Valencia, que se convertirán en “un referente para la actividad crucerista, también en materia ambiental”.
Tal y como establece el pliego de condiciones, todos los atraques deben estar equipados con red de suministro eléctrico a los buques atracados; y todas las cubiertas y tejados de las edificaciones existentes tienen que estar diseñadas para la instalación de placas solares fotovoltaicas.
Las cuatro claves del compromiso ambiental1.- El 70% de los buques de crucero actuales incorporan tecnologías de depuración de aguas residuales (AWTS), cinco puntos por encima de lo registrado en 2019. El 99% de los barcos nuevos dispondrán de inicio de este servicio. “Estos sistemas están a la altura de las plantas depuradoras de aguas que operan en países desarrollados, por lo que el impacto de cada pasajero de crucero en el medio ambiente es menor que el de un residente de una ciudad”, según afirmó Alfredo Serrano.
2.- 25 de los buques en construcción estarán propulsados por GNL, lo que supondrá el 49% de la futura capacidad. Esto supondrá un incremento del 51% respecto 2018.
3.- El 69% de los barcos utiliza tecnología de depuración de gases de escape (EGCS), un 25% más que en 2018. El 98% de la futura capacidad que no incorpore el GNL como combustible tendrá implantada esta tecnología.
4.- El 32% de la flota actual de cruceros puede conectarse a la red eléctrica durante su estancia en los puertos, un 13% más que el pasado año. El 25% de los buques operativos se adaptará para poder hacerlo en los próximos años. El 50% de los nuevos buques estarán preparados para apagar sus motores en cada escala.