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UfM y MEDPorts lanzan un estudio que analiza y compara los modelos de todos los puertos miembros de MEDPorts

La privatización y la descentralización marcan la gobernanza de los puertos mediterráneos

  • Última actualización
    11 diciembre 2025 05:20

La Unión por el Mediterráneo (UfM) y MEDPorts han presentado el “Estudio sobre los modelos de gobernanza de los puertos Mediterráneos”, un análisis que confirma un cambio estructural en la gestión portuaria de la región.

BARCELONA. Mientras los gobiernos mantienen el control regulador y la planificación estratégica, la actividad operativa recae cada vez más en operadores privados en la mayoría de los puertos adheridos a MEDPorts. El informe dibuja un modelo híbrido, descentralizado en distintos grados según el país, pero con un patrón común: el sector privado ha ganado peso en la explotación de terminales, servicios y, en algunos casos, en el desarrollo de infraestructuras.

Durante la presentación del estudio, el presidente de Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, destacó el papel estratégico de la capital catalana en el equilibrio portuario mediterráneo. Recordó que la elección de Barcelona para acoger el acto “es una muestra del liderazgo del puerto en la región”, y subrayó que “la colaboración entre los puertos mediterráneos es esencial para superar los retos globales”, instando a avanzar hacia modelos más cooperativos y coordinados.

José Alberto Carbonell: “La colaboración entre los puertos mediterráneos es esencial para superar los retos globales”

El documento, que desgranó Sergi Sauri, director de CENIT, confirma que los gobiernos siguen definiendo las políticas comerciales, los objetivos estratégicos y la financiación global de los puertos. Sin embargo, la descentralización se manifiesta en la transferencia progresiva de funciones hacia las autoridades portuarias locales y, especialmente, hacia operadores privados que gestionan la mayor parte de la actividad diaria. Los Highest Competent Body (HCB) mantienen un papel clave en la supervisión, pero su margen de maniobra está condicionado por los marcos legislativos estatales, lo que genera modelos de autonomía muy distintos dentro del propio Mediterráneo.

En este contexto, el modelo landlord emerge como el esquema dominante en casi todos los países analizados. Bajo este sistema, la autoridad portuaria conserva la planificación y el desarrollo de las infraestructuras, mientras que las operaciones quedan en manos privadas mediante concesiones a largo plazo. El estudio confirma que esta estructura se ha consolidado como la más eficiente para combinar interés público, inversión privada y flexibilidad operativa, especialmente en puertos con gran volumen de tráfico y un alto grado de internacionalización.

Sauri reconoció que los objetivos de las empresas privadas no siempre coinciden con los modelos de gobernanza portuaria

Sergi Sauri destacó que, pese a la creciente privatización, la cooperación entre puertos sigue siendo esencial. Señaló que muchas compañías navieras son cada vez más internacionales, lo que hace necesaria la coordinación en ciertas áreas, aunque exista competencia en otras. Reconoció que los objetivos de las empresas privadas no siempre coinciden con los modelos de gobernanza portuaria. Por ello, los puertos deben decidir cuidadosamente cuánto espacio conceden a la actividad privada para no perder control estratégico.

La secretaria general adjunta interina de Transporte y Desarrollo Urbano de la UfM, Dhouha Najjar, insistió durante la presentación en que la gobernanza portuaria se ha convertido en un elemento decisivo para la competitividad logística del Mediterráneo. “Afecta a la toma de decisiones de los gobiernos y a las estrategias de inversión”, afirmó, destacando que la claridad institucional y la estabilidad regulatoria serán fundamentales para atraer capital y adaptarse a los grandes desafíos energéticos y climáticos.

El informe señala además que, aunque la propiedad de las infraestructuras es mayoritariamente pública, la gestión se orienta cada vez más hacia modelos mixtos en los que la eficiencia, la rentabilidad y la integración logística guían las decisiones. Sin embargo, ámbitos como la transición energética y la sostenibilidad avanzan a ritmos desiguales: muchos puertos actúan ya como facilitadores de proyectos energéticos o realizan funciones de seguimiento ambiental, pero estas actividades aún no tienen el peso estratégico que sí tienen la accesibilidad marítimo-terrestre, el almacenamiento o la atención al pasajero.

La conclusión general del estudio es clara: no existe un único modelo de gobernanza portuaria en el Mediterráneo, pero sí un patrón compartido. Los puertos se mueven hacia un equilibrio donde aumenta la regulación pública, crece el protagonismo del sector privado y se inicia, todavía de forma incipiente, una diversificación hacia funciones energéticas y ambientales. Un escenario que, según el informe, definirá la evolución portuaria de la próxima década.

La propiedad del suelo, clave para los puertos

Uno de los puntos más relevantes del estudio de la UfM y MEDPorts es la relación directa entre la propiedad del suelo portuario y el grado de autonomía funcional de cada autoridad portuaria. El informe señala que los PMB que son titulares del dominio portuario muestran una mayor capacidad para desarrollar funciones de negocio y asumir nuevas competencias en ámbitos emergentes, como energía o sostenibilidad.

En cambio, cuando el suelo es propiedad de la administración estatal, la capacidad de decisión sobre inversiones, comercialización o uso del espacio queda más condicionada por directrices superiores y por ciclos políticos, jugando en contra de los timmings y la gestión. Esta diferencia se mantiene incluso entre puertos con volúmenes de tráfico similares, lo que sugiere que la gobernanza del territorio portuario influye tanto como la actividad económica en la evolución del modelo de gestión.

El estudio concluye que la propiedad del suelo actúa como un acelerador, o un freno si no se cuenta con ella, en la transformación de los puertos mediterráneos: aquellos con mayor control sobre su dominio muestran mayor flexibilidad para atraer inversión, impulsar proyectos energéticos y adaptar su estrategia a las demandas del mercado y del territorio. Demostrando que la gestión propia en este caso acelera y mejora la situación económica de la autoridad portuaria en cuestión.