La Dirección General de la Marina Mercante ha empezado a colaborar con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) y con la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) en un proyecto temporal en El Estrecho destinado a contrastar la utilidad y eficacia del uso de drones en el control de las emisiones de gases contaminantes de los buques a la atmósfera.
El servicio de la EMSA se denomina RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems) y tiene como misión principal detectar posibles emisiones de óxidos de azufre por encima de los límites establecidos en el anexo VI del Convenio Internacional sobre la Polución Marítima (MARPOL), relativo a la prevención de la contaminación atmosférica. En la actual normativa, el contenido de óxidos de azufre en combustibles utilizados en buques no puede superar el 0,50% en masa.
En el Estrecho, el RPAS comenzó a funcionar el día 12 de julio y culminará sus operaciones a finales del mes de octubre. Durante este período ha estado llevando a cabo dos vuelos diarios, con una media de 10 inspecciones por jornada.
Hasta la fecha se han controlado 294 buques y en 27 de ellos se ha detectado un posible incumplimiento de los límites de contenido de azufre en el combustible utilizado. Este dato supera las expectativas de incumplimientos, tasado hasta ahora en un 9% del total de buques objeto de control.
No obstante, los incumplimientos no se pueden confirmar ni sancionar de forma instantánea: los registros con las mediciones se codifican automáticamente en el sistema de intercambio de información, estableciendo una alerta en la base de datos THETIS-EU de la EMSA, y la Administración Marítima española también lanza avisos a los puertos de destino de los buques incumplidores para que procedan a su inspección y control en vivo a su llegada a puerto. Es en este momento, una vez tomadas las muestras y comprobada en el laboratorio la infracción, cuando se puede proceder a la apertura del expediente sancionador preceptivo.
Marina Mercante
La Dirección General de la Marina Mercante, que se ocupa de la prevención y lucha contra la contaminación marina procedente de buques y la ordenación y ejecución de las inspecciones y controles técnicos, estructurales y de equipamiento de los mismos, ha querido expresar públicamente su agradecimiento a la EMSA por contar con la administración marítima española para llevar a cabo este proyecto.
El director general, Benito Núñez, ha afirmado que esta experiencia prueba, una vez más, cómo los drones pueden apoyar la labor que llevan a cabo los inspectores de seguridad e incrementar el número de inspecciones, lo que repercute en la seguridad del transporte marítimo y en la sostenibilidad ambiental en el entorno marino y portuario.