¿Cuál es su palabra logística favorita?
Barco.
¿Tiene algún apodo?
No, que yo sepa.
Ciudad pendiente de visitar.
Tokio.
Una ciudad para vivir.
Sin duda, Valencia.
Un libro.
“Irse”, de David Ortiz.
Una película/serie.
El Padrino.
Un cantante/grupo/disco.
The Beatles.
Un vicio.
Pocos o ninguno.
Una manía.
Muchas.
Zurdo o diestro.
Diestro.
Una persona a la que admire.
Gianluigi Aponte.
Personaje de ficción favorito.
El Capitán Trueno.
¿A qué hora se levanta?
A las 6:00.
¿A qué hora se acuesta?
A las 22:30 aprox.
¿Toca algún instrumento?
Prefiero escuchar.
¿Cómo se llama el grupo de whatsapp de sus amigos?
Camino de Santiago.
En su próxima vida querrá ser...
Yo mismo de nuevo.
¿Perros o gatos?
Perros.
¿Picking o packing?
Pregunta para los almacenes, no para mí.
¿20 o 40 pies?
Ojalá todos fuesen 40’.
¿Zoom o Teams?
Teams.
¿Ha pedido algún autógrafo en su vida?
A Michael Jackson.
¿Papel o digital?
Antes papel. Ahora prefiero digital.
¿Cuál es su masa máxima autorizada?
La mía, 90 kilos. La del transporte, la máxima, dentro de la seguridad.
Díganos el nombre de una persona -fuera del ámbito político- a la que nombraría ministro o ministra de Transportes.
Yo nombraría a Ignacio Ballester.
¿Cuál es su mejor marca personal?
Tres magníficos hijos. Esa es mi gran hazaña.
Cuando no piensa en logística, ¿qué es lo que más le gusta hacer?
Navegar.
¿Qué prefiere, fletar o flotar?
Ambas opciones son buenas.
Si tuviera que trabajar directamente en una rama o eslabón concreto de la cadena logística, en una actividad o profesión concreta y determinada, ¿cuál eligiría?
La que vengo desarrollando toda mi vida: representante de armador.
Le apasiona el sector logístico porque...
Me apasiona porque es vital y porque crea y reparte riqueza y bienestar.