Las instalaciones de la fábrica de cemento situada dentro de las instalaciones portuarias el Port de Tarragona, en el dique de Llevant, se desmantelarán para dar a una nueva actividad relacionada con el almacenamiento de cereales a granel y una nueva nave destinada a project cargo.
El Consejo de Administración del Port de Tarragona ha autorizado la compraventa de la concesión entre dos compañías privadas con la obligatoriedad de desmontar la cementera sin ningún coste para la Autoridad Portuaria de Tarragona (APT).
El logro de este acuerdo y las consecuencias positivas en materia de protección del entorno natural ha sido anunciado por el presidente de Port de Tarragona, Josep Maria Cruset, en rueda de prensa en el paseo del KM0 del dique de Llevant, cerca de las instalaciones en proceso de desmontaje.
Cruset ha explicado que el Port da cumplimiento al eje 2 de su Plan de Sostenibilidad que prevé́ que “el crecimiento del Port de Tarragona pasa por la transición energética, la digitalización de los procesos y el impulso de infraestructuras que favorezcan la mejora de la eficiencia, la competitividad y la conectividad entre las personas” y que pretende lograr la eliminación del 99% de la huella del CO2 en 2030.
La fábrica construida en 2008 supuso en su día una inversión privada de 10 millones de euros y estaba destinada a suministrar cemento al mercado español y a varios países del Mediterráneo, pero hasta ahora no ha entrado nunca en servicio. La empresa tuvo que anular la entrada en funcionamiento de la planta por la caída de consumo a causa de la crisis económica y financiera del año 2008 y, desde entonces, este equipamiento industrial ha permanecido inoperativo a la espera de mejores perspectivas económicas, dado que la concesión no finalizaba hasta el año 2028 con posibilidades de ampliación hasta el 2040.
Ventajas medioambientales
La posibilidad que la fábrica de cemento se pusiera en marcha chocaba con la apuesta por la economía sostenible del Port de Tarragona y suponía una importante amenaza para el compromiso medioambiental del Port, puesto que se calcula que esta instalación a pleno rendimiento podría haber emitido hasta 7.287,84 toneladas de CO2 por año, esencialmente por el alto consumo de energía eléctrica.
Pero, su desmantelamiento evita esta posibilidad y presenta otras ventajas medioambientales. La desaparición de la cementera representa la eliminación de emisiones de partículas a la atmósfera PM10 y PM2,5. También elimina el riesgo de emisión de gases de combustión derivados del transporte por vía terrestre, pues comportaría un volumen adicional de 35.200 camiones anuales, teniendo en cuenta un tráfico mínimo 880.000 toneladas año, cargadas en unos camiones tipos de 25 toneladas. Su puesta en servicio representaría un crecimiento importante de tráfico rodado en el Port y en su entorno, si tenemos en cuenta que en 2019 se registró la entrada de 90.000 camiones en el Port.
Otra ventaja es la eliminación del que sería una fuente de contaminación acústica de hasta 60-70 dB, de producción de residuos y de vertidos de aguas residuales.
Cambio en el skyline de la ciudad
El presidente del Port ha destacado que “el desmontaje de la infraestructura industrial tendrá un impacto positivo adicional: la reducción del impacto paisajístico, tanto desde el mar como desde una parte importante de la ciudad”. De hecho, esto es así́ debido a las importantes dimensiones de la fábrica de cemento, un hecho que implicaba que se hiciera visible desde múltiples lugares de la ciudad, de la costa y mar adentro.
Mejora de la competitividad del Port
La empresa terminalista que ha adquirido la concesión de 34.070 m2, Ership, realizará una inversión de 2,45 millones de euros. Dedicará́ cerca de un millón a la mejora de la nave existente de 11.567 m2 y, un millón y medio a la construcción de una nueva nave de 7.452 m2, para mejorar su capacidad de almacenamiento de cereales a granel, contribuyendo de este modo a la mejora de la competitividad del Port de Tarragona en este segmento de productos. Adicionalmente esta concesión permitirá́ una mayor diversificación de productos dentro de los categorizados como cereales.
Las obras implicarán que se pueda incrementar el tráfico de cereales en aproximadamente 200.000 toneladas anuales, lo cual contribuirá́ a aumentar el tráfico de barcos y de productos agroalimentarios en los próximos años. De este volumen de tráfico, se logrará una parte a corto plazo mediante la remodelación de la nave ya existente, y una adicional con la construcción de la nueva.
Otro tráfico que sale reforzado de esta nueva situación es el de project cargo. El nuevo terminalista renuncia a unos 6.000 m2 de superficie no construida que permitirá́ que la empresa Schwartz Haumont Puerto, situada cerca, pueda optar a ampliar su actividad empresarial de fabricación y montaje de grandes estructuras industriales, un sector en el cual el Port de Tarragona está muy posicionado en el Mediterráneo.
Acuerdo del Consejo de Administración
El pasado día 29 de julio el Consejo de Administración de la APT adoptó la decisión para autorizar la transmisión de la titularidad de la concesión de Lafargeholcim España, SAU a favor de Ership, SAU. La empresa Lafarge fue licenciada para la construcción de estas instalaciones industriales en diciembre de 2003. La firma preveía la puesta en marcha de la fábrica a finales de 2008. La empresa informaba en septiembre de aquel año que ya había finalizado las obras del silo de cemento y estaba acabando la instalación de las estructuras de agua, telecomunicaciones y edificación auxiliar de este molino de clínker [una roca sintética de 3 a 25 mm de diámetro, a partir de la cual se obtiene el cemento].
Finalmente, estas instalaciones nunca entraron en funcionamiento, a pesar de que en cualquier momento antes de este acuerdo se podían posar en servicio.
Un acuerdo muy trascendente
El presidente del Port de Tarragona ha concluido la rueda de prensa, ratificando que este es un acuerdo muy trascendente: “un acuerdo que acredita el compromiso de la Autoridad Portuaria de Tarragona con el desarrollo sostenible y que ratifica el posicionamiento firme de esta institución al hacer compatible la actividad económica con el respecto a los ciudadanos y el entorno natural.”
Finalmente ha añadido que “hoy, queda más que ratificado que el Plan de Sostenibilidad que presentamos hace pocas semanas, es un instrumento potente con la firme voluntad de llevarse a cabo.”