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Port Tarragona apunta a sus particularidades para una actividad crucerística más sostenible

  • Última actualización
    20 octubre 2022 16:08

El Teatret del Serrallo ha sido testigo de la celebración de la primera “Jornada de sostenibilidad y cuidado medioambiental en cruceros y náutica deportiva” organizada por Port Tarraco y Tarragona Cruise Port-Costa Dorada con el apoyo técnico de AWP Services y CruiseNews Mediagroup y la col colaboración de CLIA-Cruise Lines International Association.

TARRAGONA. El acto, presentado por Genoveva Climent, directora Comercial y Desarrollo de negocio de la Autoridad Portuaria de Tarragona (APT), ha contado con la participación el gerente de Tarragona Turismo, Víctor Franquet responsable de la clausura, y con la presencia de profesionales , personal experto y ejecutivo relevante del sector de cruceros y náutica deportiva, así como en sostenibilidad y cuidado medioambiental. Tras el discurso de bienvenida, los responsables de la APT han explicado las particularidades de la actividad de cruceros en Tarragona que difiere sustancialmente de los modelos más conocidos de implantación en el Mediterráneo.

Según la APT, la gestión de la actividad de cruceros en nuestro territorio tiene singularidades que le hacen mucho más sostenible que el resto. En primer lugar, la dimensión del proyecto en Tarragona nada tiene que ver con los de los grandes puertos de cruceros: los grandes puertos de cruceros del Mediterráneo (Barcelona, ​​Civitavecchia o Palma) registran entre 3 y 4 millones de pasajeros al año frente a los 130.000 de Tarragona.

Modelo singular

Tarragona es un modelo muy poco congestionado, “pero que una parte de la opinión pública equipara a nivel de actividad como los de Barcelona”.

La comparación con Barcelona demuestra que ambos modelos no son equiparables, si tenemos en cuenta que la capital catalana recibe 948 cruceros al año (63 en Tarragona, 2019), tiene una media de 4.852 personas por escala (respecto a los 2.063 a Tarragona) y el día de máxima afluencia es de 27.801 personas (en comparación con las 5.551 personas en Tarragona).

Se trata, pues, según la APT, de una actividad que incluso a escala territorial tiene un bajo impacto, si tenemos en cuenta que en Cataluña llegan cerca de 5 millones de pasajeros en crucero o que la Costa Daurada tiene 20 millones de pernoctaciones anuales, frente a 130.000 pasajeros... Por otra parte, a diferencia de los grandes puertos mediterráneos, Tarragona es un “modelo territorializado” en el que los visitantes por mar no se concentra sólo en la ciudad portuaria sino que se dirigen a otros destinos turísticos en el interior y la costa del Camp de Tarragona y en las Terres de l’Ebre.

Impacto ambiental “casi nulo”

La APT también ha presentado el avance de datos de dos estudios que están en elaboración y que, una vez presentados en la Mesa Institucional de Cruceros.

Los datos muestran cómo el impacto ambiental de la actividad cruceros sobre las zonas habitadas de la costa tarraconense es casi nulo. El estudio determina qué parte de la contaminación registrada por las cabinas del puerto y de la Red de la Generalitat de Catalunya es atribuible a la llegada de cruceros mediante una modelización basada en la actividad de cruceros de 2019, año de máxima actividad.

En este sentido, en su intervención, Alfredo Serrano, responsable de CLIA España, ha explicado que la industria de los cruceros se sitúa en estos momentos en la vanguardia de la transformación hacia una actividad sostenible. CLIA colabora con gobiernos nacionales y regionales para establecer una zona de bajas emisiones en el Mediterráneo con un máximo del 0,1% de contenido de azufre en combustible.

Terminales sostenibles

Alba Colet, responsable comercial de Tarragona CruisePort, ha presentado el proyecto y la gestión de la nueva terminal de cruceros en Tarragona que tendrá una capacidad para hasta 8.000 pasajeros y será construida por Global_Ports Holding, el operador más importante del mundo de puertos de cruceros, con criterios medioambientales.

El edificio de la terminal que estará en funcionamiento el próximo 2023 tendrá una sola planta, diáfana y funcional, y será energéticamente autosuficiente y sostenible. También contará con zonas verdes y otros elementos que la convertirán en una de las terminales más sostenibles del Mediterráneo.