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Sabah Zrari (AIVP): “El diálogo ciudad-puerto: clave para un desarrollo portuario sostenible y competitivo”

  • Última actualización
    20 mayo 2025 16:15

En un contexto global cada vez más incierto, los actores del transporte y la logística enfrentan desafíos que exigen una gran capacidad de adaptación. Satisfacer la demanda de los clientes ya no es suficiente; ahora también deben responder a las crecientes exigencias ambientales, sociales y territoriales de las comunidades. En este escenario, el diálogo entre la ciudad, el puerto y los actores logísticos ha dejado de ser periférico para convertirse en un pilar estratégico de la competitividad y sostenibilidad de los territorios portuarios.

Tradicionalmente, la creación de empleo justificaba las inversiones portuarias. Hoy, este argumento resulta insuficiente: los puertos generan menos empleos directos debido a la automatización, y la ciudadanía demanda mejores sueldos y calidad de vida. Así, la aceptación social de las infraestructuras portuarias depende de incluir en su evaluación nuevos criterios: ¿qué valor territorial aporta el proyecto? ¿Cómo mejora la calidad de vida de los habitantes? ¿Cómo contribuye a la competitividad de la ciudad y no solo de los terminales?

La interfaz ciudad-puerto concentra múltiples retos: movilidad, calidad del aire, transición energética, integración urbana de actividades logísticas, paisaje y vida cotidiana. Su adecuada gestión exige construir una visión compartida entre los distintos actores, articulando objetivos económicos, sociales y urbanos. Para lograrlo, es fundamental reconocer el rol de cada parte: las autoridades portuarias no son solo operadores logísticos, sino actores territoriales; los municipios, más que observadores, son co-constructores de la performance portuaria.

Un puerto competitivo es, ante todo, un puerto aceptado por los habitantes de la ciudad. Las tensiones sociales provocadas por el ruido, el tráfico o la contaminación pueden paralizar proyectos estratégicos. El diálogo estructurado con las autoridades locales y la ciudadanía permite anticipar conflictos, integrar mejor los proyectos en su entorno y, en última instancia, garantizar su viabilidad. En otras palabras, un puerto competitivo requiere de cohesión social.

Pero la cohesión no se logra únicamente coordinando intereses. Según Emile Durkheim, la solidaridad orgánica de las sociedades modernas depende de una conciencia colectiva fuerte. En las ciudades puerto, construir esta conciencia colectiva implica también forjar identidades y referencias comunes en el presente, mediante acciones coherentes, continuas y orientadas hacia un desarrollo armónico. En este proceso, es crucial recordar que la eficiencia y la competitividad son necesarias, pero no suficientes: sin cohesión social, la legitimidad para impulsar proyectos se debilita.

El diálogo ciudad-puerto también impulsa la innovación territorial. Asociar a municipios, universidades, empresas y ciudadanía permite imaginar soluciones adaptadas al contexto local: hubs logísticos multimodales, plataformas de transporte fluvial, reconversión de terrenos portuarios, o alianzas en torno a la transición energética. Así, el diálogo se convierte en un catalizador de inteligencia colectiva, reforzando la atracción y sostenibilidad de los territorios.

Esta transformación requiere, sin embargo, nuevas competencias entre los profesionales del sector. Ya no basta dominar aspectos técnicos o comerciales: hoy, la gobernanza, la comunicación y la gestión de actores se vuelven habilidades estratégicas. Formar a directivos, cuadros intermedios y técnicos en el diálogo ciudad-puerto es esencial para acompañar los cambios en curso.

Fomentar una cultura compartida del diálogo implica construir un lenguaje común entre sectores tradicionalmente aislados. Se trata de articular la logística, el urbanismo, el medio ambiente y la sociedad en una visión transversal de la performance territorial. Promover la formación, el intercambio de buenas prácticas y la apertura de las instituciones portuarias hacia su entorno consolidará su papel, no solo como nudos de intercambio de mercancías, sino también como plataformas de cooperación e innovación.

EN DETALLE

Sabah Zrari es doctora en Ciencias Políticas del Instituto de Estudios Políticos de París y máster en Urbanismo, Desarrollo Local y Ordenamiento Territorial. Actualmente, es directora ejecutiva del International Institute of Ports and Cities (IIPC) y directora académica del Programa de Cursos en línea sobre la Sostenibilidad de las Ciudades Puerto que AIVP e IIPC ofrecen desde el año 2022 en español, francés e inglés.

Lucile Audièvre es directora de Desarrollo y Marketing de la AIVP (Asociación Internacional de Ciudades y Puertos). Geógrafa de formación, ha dedicado gran parte de su carrera a ayudar a las políticas públicas a tener en cuenta las cuestiones portuarias y logísticas en las estrategias de desarrollo, ocupando diversos cargos en estructuras públicas y parapúblicas.