Bilbao. El puerto holandés de Róterdam se mantuvo en 2024 como el mayor puerto de contenedores de Europa, con 13,82 millones de TEUs manipulados, seguido de cerca por Amberes-Brujas con 13,53 millones de TEU, aunque en el primer trimestre de 2025, la nueva entidad portuaria belga constituida tras la fusión de Amberes y Brujas en abril de 2022, ya había desbancado a Róterdam de dicho liderazgo.
Entretanto, el puerto alemán de Hamburgo se mantiene en tercer lugar con 7,8 millones de TEUs, mientras que Valencia asciende al cuarto puesto, beneficiándose de un sólido crecimiento del 14,2 %.
Trío de cabeza
Los 15 principales puertos de la UE movieron en su conjunto un total de 76,8 millones de TEUs en 2024, un 5,9 % más que en 2023. Si bien 2023 se caracterizó por una disminución del tráfico entre fuerte y moderada en la mayoría de los puertos, 2024 trajo consigo un crecimiento de dos dígitos en cinco de los 15 principales puertos, y otros cuatro puertos registraron un aumento de volumen de entre el 5% y el 10%.
El rendimiento de contenedores de los tres principales puertos de la UE aumentó un 4,4% en 2024, tras caer alrededor del 7% en 2023. Entre el trío de cabeza, Amberes-Brujas muestra, con diferencia, la mejor evolución, con un crecimiento interanual del 8,1%, casi el triple del crecimiento del vecino Puerto de Róterdam. Como resultado, la brecha de TEUs entre estos puertos del Benelux se ha reducido drásticamente, al tiempo que el volumen de Hamburgo se estancó.
Atlántico y Mediterráneo
Bremerhaven, por su parte, experimentó un sólido crecimiento del tráfico y entre los otros puertos importantes de la UE en el tramo Le Havre-Gdansk, destacó HAROPA (Le Havre más Rouen) que incluso superó a Amberes-Brujas y Bremerhaven, con un crecimiento del 18,7%, compensando con creces de esta manera las pérdidas de tráfico sufridas en 2023, mientras que el puerto polaco de Gdansk continúa su trayectoria de crecimiento a pesar de las obras de ampliación de la terminal en curso en el Baltic Hub.
Asimismo, el impacto de la crisis del Mar Rojo y las modificaciones asociadas a la red marítima fueron especialmente visibles en el puerto griego de El Pireo, el único que presenta pérdidas de tráfico significativas (-7,8 % en las terminales según II y III).