Asisto perplejo a la necedad que destilan aquellos que denuncian todo eso del poder valenciano y que en su día callaron cuando se instaló un hipotético poder andaluz, catalán, canario, cántabro o de donde sea en Puertos del Estado.
¿De verdad estamos pensando que un presidente de OPPE va a decantar decisiones en función de su lugar de origen? ¿Saben algo los que ahora critican y que nosotros desconocemos? Flaco favor están haciendo a De la Encina los que insinúan que a partir de ahora no van a sentirse favorecidos o que van a sumirse en un letargo infinito. Lo dicho, necedad hasta para echar flores.
¿Y cómo es él? Puede que esta sea una de las preguntas más recurrentes que hemos recibido en el equipo de Redacción de Diario del Puerto durante la última semana. Y creo que todos los que conocemos bien a Francisco Toledo hemos respondido lo mismo: “pues es una buena persona”.
Es posible que como credenciales profesionales se queden un poco cortas, sin embargo, hartos como estamos de encontrarnos a tarugos de todo tipo en las más diversas instituciones y cargos públicos, puede que esta sea una muy buena noticia. Si con De la Encina ya se quedó el listón alto, da la sensación de que con Toledo, como mínimo, se va a mantener el nivel de calidad humana en el organismo. Sé de lo que hablo y es un buen punto de partida.
Ahora bien, si lo que pretendemos es entrar directamente en el ámbito profesional y de gestión, no tenemos más remedio que echar mano de hemeroteca o recordar los hitos más recientes de su presidencia en PortCastelló.
No es Francisco Toledo una persona estridente, más bien al contrario. Con toda seguridad se va a tomar un tiempo para analizar la situación, dibujar el estado de la cuestión (o como dicen los modernos, un “estado del arte”) y trazar una estrategia concreta y definida. A partir de ahí, una vez tenga claro cuál es el objetivo, sepan que no va a parar hasta conseguirlo, aunque esto suponga algún que otro trauma, personal y profesionalmente hablando.
Tengo también claro que Francisco Toledo va a tratar de dar una nueva dimensión a la proyección social de OPPE, utilizando para ello los medios que tenga a su alcance en materia de promoción, comunicación y marketing, y que va a hacer del diálogo y del encuentro una máxima de su gestión. Toledo buscará un mayor protagonismo de la mujer en el Organismo y tratará de poner a todo su equipo “on fire” bajo una sola premisa: el que quiera trabajar será bienvenido, el que no, ya sabe dónde está la puerta… No estoy descubriendo nada nuevo.
Dicho todo lo cual, que queda muy bien sobre el papel, hemos de ser conscientes de que no siempre las voluntades coinciden con las realidades y Puertos del Estado cuenta con muchísimas realidades diferentes (28 autoridades portuarias, un ministerio, un gobierno y 7.550 estibadores, para empezar).
Muy probablemente, el mayor reto al que se enfrenta Toledo, más allá del Marco Estratégico Global o la aprobación del V Acuerdo Marco, sea el de tratar de mantener el equilibrio entre lo que realmente quiere hacer y lo que en realidad le van a dejar hacer.
Lo demás, lo de la “cuota valenciana” y el equilibrio de fuerzas políticas y autonómicas, lo dejamos en manos de quienes parecen profesionales del asunto.
Es importante dejar trabajar.
