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Las tasas de recargo se abren camino para cubrir los sobrecostes derivados del Covid-19

Las tasas de recargo comienzan a abrirse paso en el sector logístico de manera paulatina inmersos en plena pandemia.

  • Última actualización
    26 abril 2020 12:17

Con el sector aéreo como clara avanzadilla, lo que es una medida más controvertida que nunca, va haciendo camino ante el impacto evidente en los costes de los distintos eslabones de la cadena logística y la necesidad de dar traslado al cliente final de una manera objetivada y transparente.

Ahora mismo, el sector del transporte aéreo de mercancías es donde más se está generalizando la aplicación de tasas de recargo por el Covid-19.

Desde comienzos del mes de abril y de una forma generalizada las grandes compañías integradoras han comenzado a aplicar recargos fundamentados en la pandemia. Es el caso de UPS para todos los envíos desde China y Hong Kong hacia Europa y Estados Unidos, y de la propia FedEx, incluida la red de TNT.

Igualmente DHL Express también aplica una tasa por el Covid-19 desde el 1 de abril para poder “asegurar las operaciones” y cubrir los “sobrecostes operacionales”.

Sólo como ejemplo, en el caso de DHL hablamos de una tasa que puede variar desde los 2,5 euros, para envíos entre 2,5 y 30 kilos, hasta 200 euros para envíos de más de 300 kilos.

Hay que destacar que en el sector aéreo las primeras compañías en fijar tasas fueron algunas multinacionales del handling aeroportuario como Swissport o Menzies, con evidentes sobrecostes operaciones en sus distintas terminales derivados del nuevo mapa de la demanda y las exigencias de higiene en las operativas.

En el sector marítimo el proceso va más lento, puesto que de acuerdo con los expertos consultados por este Diario, se está intentando introducir en los fletes los sobrecostes que se están produciendo, muy elevados por los vaivenes de la demanda, las restricciones operativas según los países y la dificultad de encaje en las rotaciones de los buques.

En este sentido, sí que están comenzando a tomar fuerza recargos como los que se imponen para penalizar a aquellos cargadores que no ejecutan sus reservas de espacio, realizadas en muchos casos al alza ante el miedo de no tener disponibilidad dada la situación del mercado.

Otro de los ámbitos en los que se espera pueda empezar en breve a tener desarrollo el tema de las tasas Covid-19 es el de los consolidadores. Según los expertos consultados, el mercado genera ahora mismo unos sobrecostes que hacen que tenga su sentido el establecer una tasa.

Más allá de las dificultades de optimizar los espacios y las cargas en los contenedores, ahora más que nunca, en el actual escenario surgen nuevos extracostes como la necesidad de utilizar navieras distintas a las habituales con las que no se tiene acuerdos ante la falta de espacio o el tener por igual razón que utilizar depots distintos a los habituales.

Los expertos apuntan a que mientras dure la inestabilidad por la pandemia los sobrecargos van a ser inevitables.

"Surcharges y su eterna polémica"Los recargos son intrínsecos a la logística tanto o más que la polémica que generan.

Lo complicado que es a veces la repercusión sucesiva de los mismos a los distintos eslabones de la cadena hacen siempre difícil su acogida, aún cuando la realidad del comercio mundial muestra claramente su fundamento objetivo fruto de conflictos bélicos, coyunturas económicas o crisis de todo tipo como la actual pandemia, en ámbitos regionales o locales.

En cualquier caso, los sobrecargos son también una manera de objetivar y transparentar hacia los clientes los sobrecostes, un esfuerzo importante por parte de la cadena logística.

Encaje de bolillos en el marítimoExiste expectación por cómo evoluciona el tema de los recargos en el ámbito del transporte marítimo por el Covid-19, tanto en lo que respecta a las navieras como en lo referente a las terminales portuarias.

El encaje de bolillos operativo al que están siendo sometidas las grandes líneas tiene un impacto evidente, sobre todo ante realidades operativas con países de escala que exigen un mínimo de días de tránsito desde el país de escala precedente, por poner un ejemplo de cómo pueden influir estas cuestiones en la cadena de costes, fijación de fletes y definición de una manera objetiva de hacerlos transparentes.