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7 de marzo de 2025

  • Última actualización
    08 marzo 2024 05:20

Sigo estando firmemente convencido de que el éxito de las Fiestas de la Logística es precisamente ese, que son fiestas... de logísticos.

Puede, a qué negarlo, que a través de alguna empresa del sector se inscriba en estos eventos alguna empresa no directamente logística. Puede ser. En el Athletic de Bilbao también hay algún jugador que no creo que tenga sus ocho apellidos vascos. Tanto en el caso de la Fiesta de la Logística como en el de este admirado y querido club de fútbol, lo importante es mantener la norma, la esencia, la pureza en su máxima expresión posible.

Realizar la mejor fiesta del mundo sin abrirla al público general no ha sido sencillo. Mucha ha sido la tentación, sobre todo en los primeros años, de abrir puertas y ventanas para que entrara todo el mundo. Pero entonces no sería una comida familiar, sería otra cosa. Una verbena más. Con el paso de los años, en Valencia, por ejemplo, se han ido apuntando más y más empresas del sector, hasta el punto de que, en las tres ediciones, con esta, celebradas tras el año de la pandemia, casi se ha doblado el número de participantes, y se han multiplicado patrocinadores y colaboradores.

Con todo y con eso, este año se ha vuelto a colgar el cartel de aforo completo, con la particularidad de que ni siquiera hemos abierto inscripciones, algo único en las 50 fiestas que llevamos hasta ahora entre Algeciras, Barcelona, Madrid y Valencia.

Ahora el problema vuelve a ser el espacio.

Nada impedirá que nos celebremos, mejor que nunca... hasta el 7 de marzo de 2025 que nos reuniremos todos de nuevo en la Fiesta de la Logística de Valencia

Este año, en Valencia, contamos con un nuevo récord de inscripciones: 1.064 paellas para 10 personas. Un total de casi 12.000 participantes, de 281 empresas. No hay muchos sitios que reúnan las condiciones necesarias para dar cabida a esta envergadura. Tarde o temprano, la ubicación actual concretará su destino: convertirse en el PAI del Grao. Tiempo será de buscar nueva ubicación para que la familia logística pueda seguir celebrando este encuentro imprescindible para la unión y vertebración del sector.

Ese será un tema tratar en el futuro. Hoy, con absolutamente todos los ingredientes preparados para que el evento vuelva a ser un completo éxito de concordia y buen ambiente, la guinda que nos queda, la carta que hay que poner encima del castillo de naipes es, como siempre, la climatología.

Ni les cuento las semanas que llevo mirando, cada cinco minutos todas las webs meteorológicas habidas y por haber. ¿A cuánto se debería pagar semejante estomague? ¿Cómo cotiza el nervio destrozado, las noches sin dormir, los rezos de un ateo?

Al final, lo que seguro que saco de todo esto es un conocimiento concreto de lo mucho que fallan las distintas previsiones meteorológicas y de lo poco que se ponen de acuerdo entre ellas. Han pasado del sol a las nubes, de la lluvia al viento, como si todo diera igual. Si no supieron ver a Filomena, cómo van a saber ver un chaparrón o una brisa fuerte.

El pistoletazo de salida de la Fiesta de la Logística se dio ayer tarde, con el Encuentro de Patrocinadores.

Hoy ya está toda la carne en el asador, todo el arroz en la paella, todos los logísticos con ganas de echar un buen rato.

Hará algo de viento, creo. Pero nada impedirá que nos celebremos, mejor que nunca, más que nunca... hasta el 7 de marzo de 2025, cuando nos reunamos todos de nuevo en la Fiesta de la Logística de Valencia que, como todas y cada una de las ediciones celebradas, será... la mejor... hasta la siguiente.

Nos vemos en Las Mil Paellas.