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Algo muy grande

A finales de los 80, don Miguel Pelegrí Gil, que trabajaba en Comismar pero me echaba una mano en el diario, me vino a pedir que por favor me bajara tras la faena a un local de J. J. Dómine donde se reunía una falla llena de gente maravillosa que, como publiqué en varios artículos, “si no existiera habría que inventarla”.

  • Última actualización
    31 enero 2020 12:47

Había ganas de hacer cosas, pero no sabíamos qué. Y le dimos vueltas y vueltas al molino, hasta que Miguel, con aquella pasión desbordante que le sigue caracterizando, lanzó la loca idea de hacer el Concurso mundial de paellas para empresas del sector logístico. Lo complicado no era hacer un concurso de paellas, sino conseguir que se unieran los logísticos. Si se nos ocurre hacer una carrera de sacos para notarios, el mérito estaría, creo, en convocar suficientes notarios; del mismo modo, la idea era un brindis al sol si no se atraían suficientes logísticos. El que firma, veinteañero zangolotino por aquel entonces, ya llevaba varios años en esto de informar cada día al sector del sector, y se puso manos a la obra para traer empresas e instituciones logísticas a la fiesta, que sería de logísticos… si había logístico. Y ahí empezó todo. Más allá de los cócteles y cenas que reúnen, una y otra vez, a los jefes y derivados, la Fiesta de la Logística, Concurso mundial de Paellas, tenía y tiene, desde su primera edición hasta la que celebraremos el día 13 de marzo, el mismo elemento diferenciador: abrir la fiesta a todos los logísticos, ya sean presidentes, directores, jefes de línea, responsables de área, telefonistas o becarios. Si uno cree que el negocio se lo dan sólo los altos directivos, está muy equivocado. Una telefonista contenta o un contable feliz son clientes internos para la propia empresa y pueden ser puertas de entrada para quienes quieren hacer negocio con ellas. Todos son parte y son todo. Una comida familiar sin toda la familia no tiene mucho sentido. Así lo entendí a finales de los 80 y sigo pensando igual. Desde la primera edición, no he fallado ni un solo año en la dura misión de organizar la Fiesta. He visto cómo la idea se ha ido extendiendo por otros nodos logísticos, que querían, directamente, “algo así”. Algo que cree comunidad logística, que una al sector. Hace diez años, Barcelona quiso su evento y me llamaron, como pasó en Valencia en su momento, para ponerlo en marcha, después Madrid, Algeciras… y antes otros puertos como Sagunto, Castellón…

Lo que empezamos hace más de treinta años fue y es algo especialmente grande. Y lo es porque ayuda a la unión de nuestro sector. Miren por dónde esa unión se ha mostrado más valiosa que nunca en los tiempos feos que corren, con tanta mentira y tanta falta de respeto por todas partes. Creo que sin estos eventos el colectivo estaría menos unido y eso hubiera debilitado mucho más su defensa. El 13 de marzo celebraremos la Fiesta, con todo el sector logístico. A mediados de febrero del año pasado había apuntadas 150 paellas. Este año, a fecha de hoy, hay ya más de 500, de los que la práctica totalidad son empresas e instituciones logísticas. En 1990 me preocupaba que no vinieran suficientes logísticos y que hiciera buen tiempo. Ahora nos preocupa que haga buen tiempo y que podamos acoger a todos los logísticos que quieren participar. Haremos todo lo posible. 

Nos vemos en las paellas. 

En 1990 me preocupaba que no vinieran suficientes logísticos y que hiciera buen tiempo. Ahora nos preocupa que haga buen tiempo y que podamos acoger a todos los logísticos que quieren participar