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Amazon Days y la distribución
urbana de mercancías

  • Última actualización
    10 julio 2025 05:20

Esta semana, desde el martes hasta mañana, se celebran los Amazon Days, un evento que, al igual que el Black Friday, se ha convertido en una cita ineludible para millones de personas en todo el mundo. El año pasado, por ejemplo, los Amazon Days rompieron récords y se vendieron más artículos durante los dos días del evento que en cualquier otro evento anterior, con más de 200 millones de artículos vendidos por los vendedores independientes. Unos datos que han llevado a la compañía dirigida por Jeff Bezos a ampliar la duración de los descuentos de los dos a los cuatro días.

Estas jornadas de grandes descuentos impulsan aún más la ya imparable ola del comercio electrónico. Si bien esta tendencia ofrece comodidad y acceso ilimitado a productos, su crecimiento exponencial en las grandes ciudades plantea una serie de desafíos complejos

La facilidad de comprar desde cualquier lugar y recibir el producto en la puerta de casa ha transformado los hábitos de consumo. Estas campañas explotan esta conveniencia, ofreciendo ofertas que incitan a la compra impulsiva y a la planificación de adquisiciones. Para los consumidores, especialmente aquellos que residen en grandes ciudades, el e-commerce resuelve problemas de tiempo, desplazamiento y aparcamiento, convirtiéndose en una solución atractiva frente al comercio tradicional. Y para el sector logístico estas campañas representan picos de actividad que requieren una optimización extrema de sus cadenas de suministro, desde el almacén hasta la última milla. Miles de paquetes se mueven simultáneamente, demostrando la capacidad operativa del sector y generando beneficios económicos para las empresas de transporte y distribución.

Estas campañas representan picos de actividad que requieren una optimización extrema de las cadenas las suministro

Sin embargo, el lado menos amable de este crecimiento se manifiesta en las calles de nuestras ciudades, pues la última milla se ha convertido en el principal cuello de botella. Con millones de envíos diarios, las flotas de vehículos de reparto colapsan las vías urbanas, disparando la congestión del tráfico, la contaminación acústica y la emisión de gases. La búsqueda desesperada de aparcamiento en zonas densamente pobladas obstaculiza la circulación y contribuye al deterioro de la calidad del aire. Esta presión sobre la infraestructura urbana requiere soluciones urgentes, como la creación de micro-hubs logísticos, el uso de vehículos eléctricos o la limitación de horarios de reparto.

Además, en las grandes ciudades, su estructura urbana compacta y su compromiso con la reducción de la contaminación hacen que los efectos negativos de la logística urbana sean especialmente visibles. Las ciudades han explorado iniciativas como la implementación de zonas de bajas emisiones, la promoción de la logística de distribución urbana mediante micromovilidad o la creación de taquillas inteligentes para la recogida de paquetes. El reto para estas ciudades es encontrar un equilibrio entre el dinamismo económico que ofrece el comercio electrónico y la necesidad de preservar la calidad de vida de sus ciudadanos y la sostenibilidad de su entorno.

El imparable ascenso del e-commerce, simbolizado por jornadas como los Amazon Days, exige una reflexión sobre cómo las ciudades pueden gestionar este fenómeno. La colaboración entre administraciones, empresas y ciudadanos será clave para diseñar un modelo logístico urbano que sea eficiente, sostenible y respetuoso con el entorno.