Hay manifestaciones sociales del hecho logístico que nos invitan a pensar que esto de los bultos y las cajitas o bien lo traducimos al lenguaje carnavalesco con el que la sociedad parece motivarse en estos tiempos actuales, o bien, por desgracia, seguiremos siendo un sector muy alejado del pueblo y de aquello que se dice popular.
A mí, en todo caso, qué quieren que les diga, convertirlo todo en un absoluto circo muy probablemente nos va a llenar el buche de “jastajs” y emoticonos, pero me despeña irremediablemente por el precipicio de la banalidad y de la brocha gorda, del griterio y del populismo, ese al que hay que combatir con argumentos cuando queremos que la gente entienda nuestros problemas, no siempre sencillos, no siempre fáciles, pero si pastoreamos a la gente en el rebaño de lo facilón no pretendamos luego hilar fino, pues andaremos sepultados por las mismas generalidades que hemos amamantado.