Desde el 1 de enero de 2025 se ha introducido en Europa la normativa FuelEU Maritime, que obliga al uso creciente de combustibles bajos en carbono.
La normativa exige una reducción constante de la intensidad de los GEI utilizados en el transporte marítimo que llega a los puertos europeos, con una reducción del 2% en las emisiones por unidad de energía el año que viene, que aumentará hasta el 6% en 2030 y, a continuación, hasta el 80% en 2050.
La respuesta más común a la regulación será un cambio para usar mezclas de biocombustibles cuando estas alternativas estén disponibles a precios atractivos. Cualquier empresa que ya utilice barcos capaces de utilizar otros combustibles con bajo contenido de carbono estarán en una situación de ventaja.
Sin embargo, no todos los barcos tendrán que cambiar a combustibles alternativos para que sus empresas los cumplan. Una gestión cuidadosa de las emisiones en toda una flota puede llevar a las empresas a cumplir con los nuevos requisitos mientras optimizan los costes.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el cumplimiento de FuelEU se puede lograr para el conjunto de una flota de barcos y no es preciso barco a barco. Estas flotas pueden estar compuestas por barcos propiedad de diferentes empresas, lo que significa que las empresas de transporte pueden trabajar juntas para crear grupos en los que se pueda lograr el cumplimiento; un sobrerendimiento significativo de un barco de la flota que utiliza 100% biocombustibles u otros combustibles nuevos puede repartirse entre todo el grupo. Esto introduce la posibilidad de que las empresas cooperen para garantizar el cumplimiento colectivo, contando con un grupo de barcos verificados más adecuados para la descarbonización inmediata que puedan vender su exceso de cumplimiento para aumentar la media de una flota más grande.