Este Suricata, de largo cuello y mirada astifina, da la circunstancia de que tiene los colmillos algo retorcidos. Deformación profesional, no es nada grave.
Por eso, aunque no sólo por eso, de lo momentos, momentillos, momentazos, momeñazos (momentos peñazo) y momentásticos (momentos fantásticos) de las 72 horas del SIL 2019 (todo es Salón, durante el día y durante la noche), me quedo, sin lugar a dudas, con el momento “jota aspirada”, con ese instante sublime del discurso inaugural de José Luis Ábalos en el que, con el cronómetro que les pusieron a los oradores ya cumplido (sí, el ministro sobrepasó el tiempo, aunque nada como la consejera Gastón, inacabable, interminable, eterna en su sobreactuado sermón) nuestro querido y dicen que, en continuidad, próximo máximo responsable de la nueva cartera de “Transportes” (como les dije la semana pasada hay que empezar la campaña a la de ¡ya!) leyó literalmente de sus papeles lo importante que es para el futuro de la logística tecnologías como el “BLOCJAIN”, sí, blocjain, con JOTA, todo un alarde cañí de fonética oxforiana que sólo puede atribuirse a que el señor ministro a estas alturas de la película no ha escuchado todavía hablar de “blockCHain”, sí, señor Ábalos, con CHE.
Ahora bien, por aquello de la viga y la paja, este Suricata le reconoce, ministro, que usted no habrá escuchado nunca hablar de blockchain, pero muchos de los que llevamos meses encadenados a su cantinela seguimos sin saber explicar del todo qué es.