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Contrastes: 23.756 TEUs vs 1.118 TEUs

Pasaban algo más de las 15.30 horas del pasado lunes cuando apostado en uno de los espaldones del Puerto de Valencia pude presenciar una maravillosa escena.

  • Última actualización
    09 diciembre 2020 12:15

Contemplaba ensimismado las dimensiones del gigante “MSC Gulsun”, un buque que en su segunda escala en el recinto valenciano estaba pulverizando todos los registros en una operativa, con 9.691 movimientos de carga y descarga en una única escala.Desde la distancia apenas alcanzaba a intuir el ajetreo en los muelles, el estruendo de las sirenas y el ir y venir de mafis.

En realidad, desde el espaldón, nada parecía fuera de lo normal, ni siquiera espectacular. Era una operativa más a la que ya estamos acostumbrados en nuestros puertos.

Con un sigilo pasmoso y como por arte de magia, el buque “Vega Azurit” se aproximó al cantil de la terminal de MSC Terminal Valencia y en cuestión de minutos completó su atraque. La cercanía de los dos barcos provocó la inmediata e inevitable comparación: 148 metros de eslora del pequeño, frente a los 400 metros del Gulsun; 23 de manga frente a 61,5 metros… y 23.756 TEUs de capacidad del “MSC Gulsun” frente a los 1.118 del “Vega Azurit” (o lo que es lo mismo, una capacidad 21,2 veces superior).

Allí, alineados en cordón en el muelle, el “Vega Azurit” no parecía más que una cáscara de nuez, frágil e insignificante, ante una mole descomunal. Sin embargo, más allá de la comparación fácil, el feeder mantenía intacto su porte y figura orgulloso de poder ofrecer lo que su primo ciclado jamás podrá aportar.

. La cercanía de los dos barcos provocó la inmediata e inevitable comparación: 148 metros de eslora del pequeño, frente a los 400 metros del Gulsun; 23 de manga frente a 61,5 metros… y 23.756 TEUs de capacidad del “MSC Gulsun” frente a los 1.118 del “Vega Azurit” (o lo que es lo mismo, una capacidad 21,2 veces superior).

Considerando imposible una competición entre ellos (no sería justa en ninguno de los casos), la única interpretación posible nos lleva a las sinergias y a la necesidad que tienen el uno del otro.

Efectivamente, conforme crece la dimensión de los buques que trazan las líneas interoceánicas, se reduce el número de puertos de escala (ya sea porque no están dotados para acoger esas escalas o porque se consideran prescindibles en las nuevas rotaciones). Justo a continuación se articulan una serie de rotaciones “secundarias” para poder completar la red global y que todo tenga sentido.

Además, lógicamente, siguen existiendo esas conexiones que lo único que requieren es, precisamente, una unidad del estilo del “Vega Azurit”, un buque que pueda completar con agilidad y rapidez las casi 240 millas náuticas que separan Valencia de Argel. Y es precisamente por esto por lo que no hay puertos mejores o peores, grandes o pequeños, sino más o menos útiles y eficientes.

Y todo esto es lo que pensaba a la vista de ese contraste maravilloso que me brindaron los dos buques. Un magnífico ejemplo de la realidad que vive el mercado marítimo mundial, pero también una metáfora extraordinaria de lo que son los roles profesionales y la importancia vital de cada una de las piezas y personas que forman parte de la cadena logística.

Por cierto, como me gusta repetir hasta la saciedad, para poder contemplar imágenes como la que les he relatado y para poder contarlo con honestidad y sin filtros, es absolutamente necesario estar presente allí donde se genera la foto o la noticia.

Que no les cuenten historias, la pandemia molesta (y mucho), pero todavía no impide seguir haciendo periodismo del que nos gusta, del que nos siguen pidiendo.