En los eventos a los que asisto, proliferan últimamente las insignias multicolor en forma de círculo en las solapas de los trajes de los señores –las señoras los lucimos mucho menos, probablemente porque los prendedores suelen dejar unos malditos agujeritos poco atractivos en el tejido-. Proliferaban estas insignias por los pasillos del SIL y también lo hacen en otros acontecimientos diversos. Tanto abundan, que incluso el propio presidente de este salón internacional luce a diario una de estas insignias.
Muchos de ustedes seguro que saben de qué estoy hablando aquí. Para los que no, les diré que esta insignia representa los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados desde Naciones Unidas. Estos objetivos, en vigor desde el año 2015, persiguen unas metas globales que deberían inspirar nuestras acciones del día a día. Porque para alcanzarlas no sirve que únicamente gobiernos, empresas e instituciones marquen sus estrategias en función de ellas, sino que todos y cada uno de nosotros debemos poner de nuestra parte.
Los fines últimos de los ODS son, ni más ni menos: “erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible”, tal y como los resume la propia Naciones Unidas.
La Organización Marítima Internacional (OMI) trabaja en favor de estos objetivos desde el comienzo. De hecho, el transporte es una de las claves para materializar algunas de estas metas planteadas desde Naciones Unidas. Porque uno de los aspectos básicos es fomentar un transporte sostenible que facilite el comercio y la economía mundial, como remarcan desde la OMI. El ODS 14, Vida submarina, es el objetivo en el que los puertos tienen un papel primordial, pero muchos otros ODS también dependen fuertemente del transporte para su cumplimiento.
Son ya unos cuantos los puertos de todo el mundo –también de España, con algunas autoridades portuarias como Barcelona, Tenerife o Cartagena haciendo bandera de ello– los que han hecho pública tanto su adhesión a estos objetivos como las acciones que van a impulsar para favorecer su cumplimiento. La importancia mayúscula que tiene, para todos, el lograr el cumplimiento de los ODS hace que debamos ser capaces de pararnos a reflexionar para que esta proliferación de discos multicolores en las solapas de los trajes no quede solo en una moda pasajera.
Ya saben ustedes que esto de las insignias, distinciones, pines, chapas, o como gusten llamarlo, va mucho por modas. Como ocurre, en mayor grado, sin duda, con las pulseritas –especialmente en verano, cuando parece que lo más in para un caballero sea lucir en la muñeca bronceado intenso acompañado de brazaletes coloridos de hilo, cuero o similares–.
De repente, un día nos vemos todos con el mismo prendedor en la solapa y, también de repente, de un día para otro ya no lo lleva nadie. Esperemos que en esto de los ODS no ocurra lo mismo y se quede en una moda pasajera que en pocos meses solo deje un leve rastro en las hemerotecas.