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El azulejo de Schrodinger

  • Última actualización
    26 febrero 2024 05:20

Cevisama, el certamen del sector cerámico, equipamiento para baño y piedra natural, regresa hoy a Feria Valencia y lo hace con los deberes hechos (o eso espera la Organización). De primeras, la feria presenta una agenda variada, conferenciantes de primer nivel y expositores de todo el mundo que, además, podrán celebrar el 40 aniversario de este salón profesional.

Las previsiones son optimistas y se centran en generar networking para que se confirmen los pedidos, vitales para dar un balón de oxígeno a los fabricantes españoles, necesitados de recuperar volúmenes y rentabilidades en los principales mercados.

El objetivo es abrir mercados y poner en contacto al sector del azulejo y la baldosa cerámica con nuevos clientes (tomadores de decisiones, los llaman desde la Organización) y proveedores (las materias primas escasean desde lo de Ucrania y se requieren medios de producción innovadores para fabricar de manera sostenible porque la Agenda 2030 está ahí).

Urge el negocio, el negocio y más negocio porque las empresas no atraviesan su mejor momento. En el 2022 las cuentas de resultados del sector cerámico se tambalearon con la crisis energética y en 2023, pese a que el precio del gas se estabilizó, se vivió una crisis de demanda en los principales mercados (la construcción tampoco es lo que era y movía muchas toneladas), la falta de ayudas a la industria gasintensiva española (por cierto, las ayudas ya han llegado, pero lo han hecho tarde, muy tarde) y problemas de tesorería en muchas empresas. Como consecuencia de todo lo anterior, la competitividad de la industria se ha resentido tanto que toca reinventarla.

La competencia de terceros países es muy agresiva y no compiten bajo las mismas reglas de juego

¿Cómo se perdió la competitividad del producto castellonense (porque el 95% de la industria está aquí, así que podemos ponerle este apellido tranquilamente)? Pues porque otros productores europeos han recibido ayudas (objetivamente contrastable), productores de fuera de la UE han irrumpido con propuestas hiper baratas que dan en los morros a la producción local y europea (aquí perdemos todos) y los productos sustitutivos se van haciendo su hueco en el imaginario de los consumidores bajo la (falsa) premisa de que son más sostenibles y low cost. Además, te proponen la diversión de la autocolocación. ¡You do it al poder! ¿Qué puede salir mal? #ironíaON

En este escenario, ¿toca educar al comprador? Creo que sí porque a la hora de comprar baldosas, piedra natural o azulejos también se debe mirar de dónde vienen y cómo se han producido. La competencia de terceros países es muy agresiva y no compiten bajo las mismas reglas de juego. Lo que todos conocemos en productos como el textil es aplicable también aquí. “No puede ser que en Europa estemos promoviendo políticas de sostenibilidad y estableciendo objetivos para reducir las emisiones para que luego productos fabricados sin ningún respeto por estos aspectos inunden nuestras tiendas”, alerta el presidente de ASCER, Vicente Nomdedeu.

Y mientras todo esto sucede en el sector productivo, ¿qué pasa con la cadena logística (ese eslabón que puede impulsar la competitividad de la oferta azulejera)?

Convencidos de que la demanda ya ha llegado a mínimos, que las empresas ya han hecho los ajustes que tenían que hacer y que la producción se está estabilizando, los transportistas encaran el año con ilusiones renovadas, pero también con las reivindicaciones en la agenda. No se olvidan de que el clúster cerámico debe aportar soluciones a los tiempos de espera, debe optimizar sus procesos para aumentar la productividad del transporte y ofrecer precios justos.

Los puertos, por su parte, confirman las bonificaciones a las importaciones y exportaciones vinculadas a la producción y distribución del producto cerámico y reiteran que sus infraestructuras están listas para las necesidades del sector. Los operadores logísticos y transitarios también se muestras dispuestos a manejar todos los volúmenes de mercancías que les quieran echar a la cara.

Así que ¿será el 24 el año de la recuperación del tile español? ¿Sí? ¿No? Nos encontramos en el limbo. Momento el azulejo de Schrodinger.