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El futuro de Algeciras y el presente de todos

Eso de que Maersk se va a llevar casi un millón de TEUs de Algeciras a Tanger Med nos ha recordado el relato de la rana y el agua caliente, tan usado en los cursos de dirección de empresa. 

  • Última actualización
    21 noviembre 2019 17:20

El conocido chascarrillo dice que si echas una rana a un cazo con agua hirviendo, el animalito saltará como poseído por el diablo. Pero si el recipiente con la rana se calienta muy poco a poco, puede ocurrir que el animal se encuentre muy a gustito y no intente moverse de allí, hasta que sea demasiado tarde. Pues miren, el sistema portuario español hace tiempo que tiene la temperatura de los problemas más alta de lo permisible.Hace tiempo que los costes laborales abren rendijas por las que se nos va el vino en catas, los TEUs en portacontenedores, quiero decir. Sines, Giogia Tauro o Tanger Med, viven en buena parte de nuestros errores, del perpetuo retraso en los ajustes en la competitividad de la estiba española. Escala tras escala, buque tras buque, los contenedores se nos van como el agua entre las manos. Las navieras, que tienen a los puertos españoles como primera opción, cogen otros derroteros, día sí y día también, por los costes de la operativa. Es cierto que los niveles de actividad de nuestros puertos son altos … y crecientes. Pero también es cierto que eso no ha de ser más que una meta volante. Repito: la logística en España puede y, por tanto, debe desarrollarse a cotas muy superiores a las actuales.

El sector anda estos días haciendo, otra vez, quinielas y apuestas para ver si el órdago de la naviera danesa se concreta o no. En este punto ya no sabemos qué será mejor: Que se vayan de golpe 700.000 TEUs de un puerto español a otro africano o que se vayan poco a poco millones de TEUs de los puertos españoles a los italianos, lusos o marroquíes. La rana que saltó al agua hirviendo salvó su vida. La otra tenía unas ancas deliciosas.

Si se pudiera contar todo lo que hemos perdido, todos los barcos que han desviado las navieras en los últimos años, por ejemplo a Giogia Tauro, darían cifras comparables con las que se manejan en el tema de Algeciras. La diferencia entre una y otra es que el millón de TEUs se irá de golpe y los millones de TEUs se van cada día, poco a poco, pero se van. 

El día que la logística dé al país todos los puestos de trabajo de calidad que puede dar, siempre bajo los criterios de sostenibilidad y respeto al medio ambiente y a los derechos de todos, nuestro sector habrá alcanzado el objetivo que está obligado a alcanzar. Todo lo demás es fracaso tras fracaso. De contenedor en contenedor o de millón en millón. 

Mientras no nos caiga un cubo de agua hirviendo sobre nuestra cabeza, seguiremos pensando que el nivel de vicio y servicio que se vive en los muelles es asumible.Puede ser que la logística se lo pueda permitir, pero la economía española no debería aceptar el lujo de dejar rendijas abiertas por las que se nos van los contenedores, los puestos de trabajo y el futuro.

Los puertos rezan estos días para que el aterrador futuro de Algeciras nunca les toque a ellos, sin darse cuenta de que ese triste futuro es el lamentable presente que vivimos hoy en los muelles españoles.