Desconozco hasta qué punto, algún día, la Inteligencia Artificial será capaz de tomar decisiones estratégicas en el ámbito de la empresa, de esas de las que dependen el éxito o el fracaso, las ganancias o las pérdidas, la riqueza o la ruina, sin que el azar o la incertidumbre se interpongan a su paso. Seguramente, jamás. Blanca o negra, la magia no se sienta en los consejos de administración de las empresas ni se practica por parte de los órganos de dirección. Que se sepa, al menos.
Y por mucho que la Inteligencia Artificial nos parezca un truco de magia, capaz de hacer salir conejos de una chistera y hacer desaparecer palomas tras un pañuelo, sus resultados tienen una explicación lógica...hasta donde los profanos alcanzamos a comprender. La toma de decisiones estratégicas define el rumbo empresarial y para realizar la elección adecuada se requiere tanto de un análisis lógico y de datos objetivos para evaluar alternativas y seleccionar la mejor opción, como confiar en la intuición y la experiencia personal, sobre todo en situaciones ambiguas.
Supongo que en decisiones empresariales de la dimensión y trascendencia que adquieren las realizadas por las líneas navieras en el contexto de las alianzas, concurren estos y más elementos, con la particularidad de que deben ser decisiones reactivas y proactivas al mismo tiempo, dada la naturaleza altamente cambiante del negocio.
En el día de ayer tuvimos ocasión de asistir a un nuevo movimiento de ficha en la partida de ajedrez que juegan las grandes líneas navieras de contenedores en el tablero global, con el anuncio de THE Alliance (ONE, HMM, Yang Ming) de prorrogar su acuerdo cinco años más y su cambio de nombre a Premier Alliance a partir de febrero de 2025, incluyendo un acuerdo de colaboración de intercambio de slots con MSC que afectará a nueve servicios a partir de dicha fecha.
El futuro de las alianzas estratégicas se construye día a día y apenas se tiene una foto fija del conjunto surge un nuevo fotograma que altera su composición. Nada extraño en estos tiempos de cambio permanente, de imprevistos y sobresaltos cuasi normalizados. Entretanto, a los clientes de las líneas no les queda sino confiar en que de todo este baile de nombres y siglas que animan las alianzas surja un modelo capaz de mejorar el servicio que reciben en términos de fiabilidad, tiempo y coste.
Como ya se anticipa, 2025 será un año en el que el tablero de las alianzas, con cuatro grandes actores (Ocean Alliance -CMA CGM, Cosco, Evergreen-; Gemini -Maersk, Hapag-Lloyd; Premier Alliance y MSC), redefinirán las redes de transporte, enfocándose en hubs más grandes y transbordos más frecuentes, circunstancia que aunque no entusiasma a los usuarios, éstos podrían aceptar si con ello se mejora la puntualidad y se reducen los costos.
Con febrero de 2025 como fecha para la efectiva implementación de la Premier Alliance y de Gemini, ésta última aún debe superar el escollo de las autoridades estadounidenses, tras la intervención de la Federal Maritime Comission (FMC) en julio para solicitar información adicional a ambas navieras para determinar los posibles impactos del acuerdo sobre la libre competencia. El pasado 15 de agosto el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que junto a la FMC comparten la misión de proteger la competencia en el sector naviero, concluía que “a menos que se modifique o bloquee, el acuerdo Gemini amenaza esta competencia”, y recomendaba que la FMC lo examine con “escepticismo”. Aún faltan fotogramas para tener la película de las alianzas completa.