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El transporte marítimo convence a Apple

  • Última actualización
    18 septiembre 2023 05:20

Apple presentó hace unos días sus nuevos productos en un evento que, como viene siendo habitual, fue seguido por millones de personas de todo el mundo. Dejando de lado la parte más comercial y generadora de compradores compulsivos de teléfonos y relojes (innovadores, no lo dudo), me interesó la intención consciente y constante de la compañía por subrayar su compromiso con el medio ambiente. “Hemos dado un gran paso para que todos nuestros productos sean neutros en carbono en 2030”, afirmó la marca y ¿cómo lo lograrán? ¡Sorpresa! Contando sí o sí con una cadena de distribución sostenible. “Al usar materiales innovadores, energía limpia y transportes menos contaminantes hemos conseguido recortar la mayoría de las emisiones”, aseguró Apple.

¿Y por qué hablo aquí de la presentación de Apple? Pues porque durante el evento se habló de transporte sostenible, que lo hay, aunque a algunos les cueste reconocerlo y centren sus esfuerzos en demonizarlo y, junto a él, a sus puertos y nodos logísticos. Se habló de la huella de carbono de las mercancías y fueron muchos (millones) los que escucharon, por primera vez, que transportar mercancías en barco es menos contaminante que hacerlo en avión; escucharon, por primera vez, que la última milla puede (y debe) ser sostenible; y escucharon, por primera vez, que los objetivos 2030 están para alcanzarse.

Durante el evento se habló de transporte sostenible, que lo hay, aunque a algunos les cueste reconocerlo y centren sus esfuerzos en demonizarlo

La cadena de distribución de Apple se sirve del transporte marítimo para la gestión de algunos de sus productos desde 2021 pero, ahora, el compromiso se agranda y con él las acciones de los proveedores de la compañía que no tendrán más remedio que asumir los objetivos verdes para seguir facturando. “Estamos colaborando con nuestros proveedores para que utilicen combustibles alternativos”, dijo la marca. Pues estupendo, porque la vertebración de los objetivos sostenibles se hace precisamente así, dando ejemplo, recomendando, aconsejando y, finalmente, responsabilizándose de las decisiones si se tiene que dejar de trabajar con algún proveedor o pagar un poco más por un servicio. Las comunidades portuarias saben mucho de esto. Son muchas las que tienen en sus autoridades portuarias a las lideresas del impulso ecológico. Proyectos como Ecoport en el puerto de Valencia devienen, precisamente, de esta necesidad de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.

Por cierto, en esto de innovar el sector marítimo es pionero. Un ejemplo: Maersk. La naviera comenzó hace años con una actualización de sus naves para que redujeran su huella de carbono, ya fuera con pintura o con motores más eficientes y, ahora, se centra en navegar con embarcaciones ecológicas (como su recién estrenada nave impulsada por metanol) y en conseguir un futuro sin combustibles fósiles. Para lograrlo ha creado la empresa C2X cuyo objetivo es desarrollar y explotar instalaciones de producción de metanol verde en lugares estratégicos y producir anualmente más de tres millones de toneladas para 2030.

Además, hay que recordar que el proyecto nos toca de cerca porque Maersk firmó el pasado año un protocolo con el Gobierno español para instalar dos plataformas de fabricación del combustible renovable, dirigido a alimentar su nueva flota metanolera, y que ya se están llevando a cabo proyectos de metanol verde en el puerto de Huelva. Y lo más importante, que estas inversiones suponen un acicate para que se pueda seguir investigando. Para que sus competidores sigan investigando. Así que: bienvenidas sean todas las nuevas inversiones en combustibles verdes.