Debe ser la profusión de vericuetos por los que a este suricata los senderos de la vida logística le llevan, será eso, esperemos, aunque lo cierto es que si fueran otras las circunstancias tampoco debería variar mucho el análisis en torno a este empacho de lugares comunes, a este hartazgo de correctismo filosófico en abundancia desmesurado hacia el que caminan los mensajes públicos de muchos directivos y empresas logísticas, que han logrado mimetizarse en sus discursos esenciales sin que haya posibilidad de encontrar ni aire fresco, ni matices, ni tan siquiera escapatoria en un denso e insoslayable regato que en el fondo se antoja vender el discurso más fácil.
Por decirlo claramente: basta ya de brocha gorda en esto de los principios de sostenibilidad y digitalización, basta ya de rellenar jornadas, convocatorias, ruedas de prensa y demás oportunidades de lanzar mensajes con declaraciones superficiales regadas con estos dos sustantivos, que no invitan más que al aburrimiento, la vulgaridad y antes que nada la simpleza.
Amigos, amigas, por favor: ¡Concreción! Entremos en el mundo real de soluciones, aciertos, fracasos, triunfos y vueltas a empezar. Fuera palabrería. Vayamos a la esencia de la actividad. Solo así lograremos difundir verdadero conocimiento.