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V-30: futuro incierto

A finales de septiembre conocimos la decisión del Gobierno central de dar, por fin, un empujón a las obras de ampliación de la V-30 -principal puerta de acceso del tráfico rodado al puerto de Valencia-. El Ministerio de Fomento confirmaba entonces que se iniciaba el proceso de información pública del anteproyecto de aumento de capacidad y mejoras funcionales de la autovía V-30 en Valencia. El presupuesto estimado de la obra alcanzaba los 145 millones de euros, por lo que las esperanzas del sector logístico valenciano de que las soluciones se implementaran rápido aumentaron considerablemente.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 13:14

Bien, pues desde entonces, desde ese primer momento de emoción ante los murmullos que atacaban el acceso norte (recuerdo que este acceso es inexistente a día de hoy) al puerto de Valencia y que dejaban al sector sumido en la búsqueda de su competitividad por otras vías, no ha habido semana en que no se hayan oído las voces de expertos profesores y políticos poniendo en duda la viabilidad del proyecto. Lo que está claro es que la autovía V-30 necesita ser actualizada porque los problemas de capacidad de la carretera son más que evidentes. Ahora bien, el anteproyecto de ampliación de la capacidad y mejoras funcionales de la V-30, ¿funcionará bien tal cual está redactado?Ahí es donde me pierdo, no sé si les pasa a ustedes también; y me pierdo porque son tantas las voces que hablan al mismo tiempo que el ruido político no me está dejando ver el bosque.A ver. Lo primero, ¿el proyecto responde a las necesidades de la ciudad? Pues aquí comienza la polémica. Según las previsiones de Fomento, sí porque calculan un tráfico creciente que en 20 años saturará el vial. Según los municipios afectados y la Generalitat Valenciana, unidos de nuevo en un entente para hacer un frente común y pedir al Ministerio de Fomento que reformule el proyecto con criterios del siglo XXI, no, porque los datos utilizados para calcular los tráficos no están actualizados y no tienen en cuenta, por ejemplo, que en 2015 hubo una disminución del tránsito en la autovía lo que confirmaría que las hipótesis utilizadas son erróneas.Otro de los conflictos surge porque el proyecto no incluye la perspectiva intermodal y centra el interés, únicamente, en la ampliación de carriles sin tener en cuenta los efectos que esto tendrá en el aumento del tráfico. Además, para más inri, según la Generalitat el anteproyecto no cumple ni con la Ley de Carreteras del Estado de 2015 ni con el Plan de Movilidad Sostenible de la Generalitat. ¿Pero qué me estás contando? ¿Se puede saber quién, por qué y en qué condiciones se ha dedicado a diseñar el proyecto de ampliación de la V-30? ¿Estos expertos han tenido en cuenta algunas de las características propias del área urbana afectada o se han dedicado a copiar y pegar algún proyecto del Rincón del Vago versión ingenieros?Por otro lado, tanto la Generalitat como los municipios afectados deberían repensarse la postura que mantienen de estar siempre, permanentemente, poniendo piedras en el camino de la competitividad del puerto de Valencia, porque he oído muchas quejas sobre el proyecto pero pocas soluciones. Si no es viable ampliar la V-30, ¿qué itinerario alternativo proponen para llegar al acceso sur del puerto? Y contra las congestiones, ¿cuál es su idea? ¿Carriles exclusivos para el tráfico pesado y personal portuario o lo de siempre?Además, sin acceso norte y sin una vía de acceso rápida por el sur ¿qué nos espera cuando el ciclo económico cambie? ¿Estaremos a tiempo entonces de reaccionar? Políticos, por favor, piensen en el futuro de los ciudadanos y no en los dos años y medio que les quedan hasta las elecciones.