Tras el acuerdo, ahora procede dejar clara la respuesta a la siguiente pregunta: ¿En qué aspectos tenemos que trabajar para evitar la emisión de este tipo de gases? La respuesta es conocida por todos: en las actividades que, fundamentalmente, emiten dióxido de carbono, producido por la quema de dichos combustibles fósiles y que se concentran de forma mayoritaria en las actividades industriales y el transporte. Ambas son grandes consumidoras de energía y generadoras de actividad económica y, por otro lado, tienen una fuerte dependencia entre ellas.En el caso del transporte, y especialmente en el de mercancías, es preciso diferenciar entre los equipos que se suministran de derivados del petróleo de los que lo hacen con energía eléctrica que, en el caso de las locomotoras de Renfe Mercancías, han evolucionado hasta alcanzar en estos momentos el 90% de este último tipo de máquinas, gracias a la apuesta del Ministerio de Fomento por invertir en electrificar las líneas férreas.Desde Renfe Mercancías tenemos que dar la bienvenida al Acuerdo de París aprobado en la reciente Cumbre de Cambio Climático (COP21), no sólo por el reconocimiento del problema y por lo que significa de acuerdo para la lucha común de casi 200 países contra un problema de la Humanidad, sino también porque se pone de manifiesto la necesidad de cambiar de modelo productivo de la economía mundial, transitando hacia una baja en carbono que pone en valor, entre otros, a las energías limpias, a la eficiencia energética y a los modos de transporte respetuosos con el medioambiente.Por ello Renfe se ha sumado a la comunidad ferroviaria internacional, que reunida bajo el paraguas de la UIC presentó en París su compromiso de responsabilidad climática. Más de 60 empresas de todo el mundo lo suscriben, conscientes de que un sistema de transporte más sostenible es esencial para conseguir el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados y de que, a pesar de ser el modo más eficiente en términos de emisiones, el ferrocarril es un modo de transporte a gran escala que tiene también una responsabilidad en mejorar su eficiencia. Se concreta en dos aspectos esenciales.En primer lugar, reducir el consumo de energía específico y la emisión de CO2 según el documento “Retos de un Ferrocarril de Bajas Emisiones” y sus objetivos para 2030/2050 presentados en 2014 ante Naciones Unidas: 50% de reducción en consumo de energía en 2030 y 60% en 2050 (respecto a 1990) y reducción de emisiones de CO2 en un 50% en 2030 y en un 75% en 2050 (respecto a 1990). Las empresas se comprometen a reportar a la UIC la evolución de los principales indicadores periódicamente para mostrar los avances del sector ferroviario a nivel internacional.En segundo lugar, estimular el cambio modal hacia el ferrocarril en los mercados nacionales e internacionales trabajando con otras partes esenciales de la cadena de transporte y seguir difundiendo el papel de un transporte sostenible como parte de la solución al cambio climático.El ferrocarril no solo tiene muy buenos ratios de eficiencia respecto de otros modos en términos de seguridad, vertebración del territorio, desarrollo económico, contaminación acústica, menor coste para el mantenimiento de carreteras, ocupación y contaminación del suelo, etc., sino que es mucho más respetuoso con nuestro entorno y las personas.En el marco del proceso abierto en París, donde se ha dado entrada no sólo a las Instituciones Multilaterales y a las Administraciones (las denominadas “Partes”) sino también a la sociedad civil, ciudades y sector empresarial, Renfe quiere seguir colaborando con este objetivo. Estamos realizando inversiones en medidores homologados de consumo energético (vatihorámetros y caudalímetros), formando a nuestros maquinistas para conseguir una conducción más eficiente desde el punto de vista energético, recuperando energía a partir del frenado de nuestras composiciones (freno regenerativo), etc. Además de todo ello, en Renfe Mercancías nos comprometemos a seguir trabajando en el análisis de la eficiencia de todos nuestros procesos productivos y en la generación de una cultura de ahorro y eficiencia energética, tal y como nos demanda hoy la sociedad.Creemos que es necesario remarcar que el hecho de apostar por los mercantes ferroviarios es hacerlo por el medio que consume energía de producción nacional, aprovechando las ventajas medioambientales de nuestras energías renovables, por lo que disminuye la dependencia exterior que requiere importación de terceros países. Por tanto, es apostar por el futuro de nuestro país tanto desde el punto de vista económico, como ecológico y estratégico. El Gobierno de España ha trasladado a la Cumbre de París los compromisos de Renfe en materia de eficiencia energética, potenciación de intermodalidad, sensibilización, reducción de emisiones, etc., porque la única forma de mejorar es trabajar sobre la base del compromiso. Este mismo compromiso es el que tienen nuestros trabajadores para colaborar con el objetivo de reducir las emisiones que originan el cambio climático.Los datos que presenta el transporte ferroviario de mercancías respecto a otros modos de transporte, en relación con su impacto ambiental, son evidentes hasta tal punto que su eficiencia y productividad en consumo energético multiplica por 3,1 el de la carretera, mientras que las emisiones se reducen en una quinta parte. Estas diferencias ponen de manifiesto la mejora ambiental que supone la apuesta por este medio de transporte, y es el motivo por el que el Gobierno está realizando inversiones importantes para electrificar líneas férreas.Desde Renfe Mercancías apostamos por seguir impulsando el ferrocarril como medio de transporte para que la economía española evolucione hacia un modelo más eficiente y sostenible, tanto económica como medioambientalmente. Esta propuesta debe ser un punto de partida para conseguir los objetivos de la Cumbre de Cambio Climático de París contra el calentamiento global.