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Mono rojo de fuego

A poco menos de un mes para la celebración de la Fiesta de la Primavera o el Año Nuevo Chino, no son pocos los que especulan con rumores que nos llegan desde el Extremo Oriente, tan lejano, tan próximo.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 16:33

Lo queramos o no, nuestras economías siguen estando directamente vinculadas al comportamiento de China. Evidentemente, el transporte marítimo no hace más que reflejar las curvas de la oferta y la demanda, por lo que no es extraño comprobar la llegada de buques procedentes del gigante asiático escorados del lado de los fletes. Eso es así.El precio del petróleo sigue alcanzando mínimos históricos y seguirá a la baja hasta que no se acabe con la sobreproducción actual y volvamos a la etapa de escasez. Los fletes marítimos se mantendrán a la baja hasta entonces, momento en el que rebotarán y devolverán al shipping a la cruda realidad (si me permiten el juego de palabras).Lejos de lo que se pueda pensar, las navieras llevan meses preparadas para afrontar esta eventual circunstancia, lo que no tengo yo tan claro es que estén también preparadas para entrar en el juego del nuevo panorama marítimo mundial en el que unos pocos se van a seguir repartiendo el pastel gracias a las economías de escala y la concentración que han conseguido en los últimos años.En medio de este panorama surgen con fuerza los rumores o se cristalizan otros (como es el caso de la integración de Cosco y China Shipping), referentes a decisiones de grandes conglomerados empresariales asiáticos que, azotados por la crisis económica que viven sus países, buscan nuevas oportunidades en el exterior.Ya no sólo hablamos de fusiones de navieras, nos referimos a importantes procesos de compra o grandes inversiones en puertos de nuestro entorno. Es cuestión de tiempo.Los despachos de los responsables de diversas autoridades portuarias españolas ya han sido el escenario de declaraciones de intenciones. Nada más.Los puertos españoles vuelven a estar de moda porque se han situado en el punto de mira de los grandes de la economía mundial. Los recintos españoles necesitan inversores como agua de mayo para ir tapando la sobreoferta de espacios generada años atrás y existen grupos ávidos de mover sus fondos para seguir generando riqueza.Las dos bases del juego del negocio están sentadas y definidas, falta que confluyan esas sinergias que todos sabemos que no son importantes pero sí decisivas. La inestabilidad política que vivimos en el país puede ser hasta divertida, pero de verdad que ayuda muy poco a nivel empresarial. La incertidumbre provoca miedo, prudencia y finalmente el rechazo de los inversores. Y no estamos para jugar.En pocos días entraremos de lleno en el Año del Mono Rojo de Fuego, según el horóscopo chino. Dicen, los que entienden, que el carácter alocado e imprevisible de este animal marcará también el devenir del ejercicio que acabamos de estrenar, como también lo hará su inteligencia y similitud, en definitiva, con el humano.Conclusión: año de grandes sorpresas y de decisiones importantes. No se descuiden.