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Navieras en la cuerda floja

Son muchos los meses que llevan los fletes marítimos por los suelos, sin lograr las navieras incrementar precios en un mercado que da visos de agotamiento y de sobresaturación. Hace tiempo que, a nivel privado, muchos consignatarios reconocen su preocupación por esta situación que no augura nada bueno. Y públicamente, algunas navieras también han dado muestras de esta preocupación. Como la propia Maersk, quien como ya comentábamos en esta misma columna semanas atrás, anunciaba el pasado noviembre una notable reducción de plantilla y la renuncia a algunas de las órdenes de construcción de buques que tenía previstas.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 16:35

La semana pasada, una de las consultoras especializadas en el sector marítimo más reconocidas a nivel internacional alertaba del deterioro que van a sufrir las rentabilidades en el transporte de contenedores durante el ejercicio que acabamos de empezar.Dicen los de Drewry algo que salta a la vista con tan solo observar un poco atentamente el mercado: la brecha entre la oferta y la demanda en el transporte marítimo de contenedores se sigue agrandando y, por el momento, las medidas para reducir capacidad no han dado su fruto. Ello va a llevar al sector a una aceleración en el descenso de los fletes y a un incremento de las pérdidas de las navieras.Por si el escenario no fuera ya suficientemente dramático, la consultora asegura que en los últimos doce meses se han visto las tarifas más bajas en algunas de las principales rutas marítimas desde el año 2009, cuando se produjo una grave crisis en el sector. Y esta situación no solo se debe a la sobreoferta de capacidad de transporte y a unas cargas escasas, sino a la lucha que mantienen las navieras por captar más cuota de mercado y posicionarse en un escenario cambiante tras la ampliación del canal de Suez y la pronta apertura de la ampliación del de Panamá.La fuerte y continuada caída de los precios del petróleo ha hecho menos crítico este descenso de fletes, pero el crudo no está muy lejos de tocar fondo, si es que no lo ha hecho ya. Y si el precio del petróleo cambia su tendencia y empieza a recuperarse, la situación puede convertirse en insostenible para muchas compañías marítimas. Además, las medidas que las navieras tomaron en el último trimestre del año pasado para intentar reducir la sobrecapacidad existente, como la eliminación de seis de los principales servicios en las rutas este-oeste y la supresión de 32 viajes en noviembre y de otros 21 en diciembre, no han dado el resultado esperado.Drewry pone la guinda asegurando que para este año se prevén unas pérdidas en el sector de nada menos que más de 5.000 millones de dólares.Todo ello hace urgente la toma de decisiones para llevar a cabo una importante reestructuración de servicios y de reducción de capacidad de transporte para ajustar la oferta a la demanda y provocar, de esta forma, una recuperación de los fletes. Aunque ésta tampoco llegará si la lucha por cada contenedor sigue siendo encarnizada.¿Cómo van a soportar las navieras unas pérdidas de 5.000 millones de dólares? ¿Quién va a pagar el pato de esas pérdidas? ¿Cómo van a seguir operando unas compañías que ya lucen números rojos? Las navieras están en la cuerda floja y van a tener que actuar cual funambulistas experimentados para no caer al vacío.