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Infalible San Demógrafo

No empiecen, por favor, no empiecen. Si ya les escucho, si ya les estoy escuchando y aún no han empezado, pero no empiecen porque sé lo que van a decir. Y no tengo porqué no dejar que lo digan, pero es que prefiero que no lo digan, aunque tengan ganas, es  que ya lo han dicho tantas veces, no lo digan, por favor, que es lo de siempre, siempre lo mismo, cada cuatro años lo mismo, que no, seguro, que no lo digan, o venga, va, lo digo yo, se lo ahorro, venga, de acuerdo, ya lo digo yo, pero sólo yo y ya no lo decimos más: “Las referencias de los partidos políticos en sus programas electorales al mundo logístico son, como siempre, pobrísimas”. ¿Qué, contentos? No. Ah, que falta la sentencia lapidaria. Ok. Venga, allá va. “A ningún político le importa realmente la logística”. Ya está. Todos descansados entonces, ¿no?

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 16:48

Pues no. En mi opinión, les importa poco la logística y menos que les debería importar.Vamos a ver, ¿qué quiere un político? Sí, un político, de los de entonces y de los de ahora, con gomina o con coleta, con casta, sin casta, sin coste o con costo, ¿qué quiere un político? Que le voten, ¿no? Que le voten para tener muchos escaños y ser el presidente del Gobierno de España, chunda, chunda, todos firmes y a La Moncloa, a criticar las cortinas y las alfombras.¿Y qué hay que hacer para que te voten? ¿Tocar la guitarra? Claro. ¿Jugar al futbolín? Parece que también. ¿Envolverte con tu mujer en la bandera de España? Imprescindible. ¿Y desnudarse? De momento no, pero porque ya se ha hecho. ¿E ir a los debates? Pues a lo mejor, o no. Pero bueno, todo estos son instrumentos para una única respuesta: para que te voten tienes que convencer a la gente y para convencer a la gente tienes que hablar su lenguaje y para hablar su lenguaje tienes que conectar con sus preocupaciones y para conectar con sus preocupaciones debes aportar soluciones a esas preocupaciones.¿Que cuales son esas preocupaciones? Ahí está la clave y, sobre todo, ¿cómo las sabemos? Hay que pisar la calle, responden los gurús. Hay que hacer encuestas, oran en mantra alienante los budas del Monasterio de San Demógrafo. Hay que escuchar a la gente, resumen estos políticos que tenemos ahora tan guapos, porque mira que son guapos, ¿eh? Y modernos, modernísimos, y humanos, humanísimos, y qué chispa, y qué risas, y cómo molaría con ellos unas cervecitas e irnos todos a recoger colillas, otra más de las genialidades de la nueva política.Pero volvamos al grano, volvamos a las preocupaciones, ¿cuáles son las preocupaciones de los ciudadanos?Muchas seguro, pero las encuestas del CIS dicen que las infraestructuras y por ende el transporte no preocupan a casi nadie, por no decir que a nadie.Sólo entre los votantes de CiU (1,6%) parece que preocupan algo las infraestructuras (ha calado la monserga corredera) y también una minoría apreciable entre las filas de IU (0,7%), incansables en su monotema logístico: la bicicleta.Por tanto, seamos serios, si a nadie le importa la logística, ¿qué esperamos que hagan los políticos en campaña? ¿Aburrir al personal hablando del Corredor Mediterráneo? ¿Adormecerles con las autopistas del mar? Por favor.No se habla casi de logística en los programas electorales, pero tampoco de los peluqueros, ni de los bomberos, ni de los antenistas, ni de los menús infumables e impagables de la nueva cocina.Ya, “PERO ES QUE LA LOGÍSTICA ES UN SECTOR ESTRATÉGICO”, me dirán indignados. Y yo les digo, pues CLARO, por supuesto, pero ¿qué estamos haciendo para que los ciudadanos lo tengan claro? ¿Qué estamos haciendo?Mirémonos al ombligo y ya luego hablamos.