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La brecha ferroviaria

No me negarán que tiene guasa que mientras media España se pelea por conseguir una estación de AVE (que en muchos casos estará infrautilizada e injustificada desde su nacimiento), la otra mitad esté afónica de tanto rogar que se ejecuten unas inversiones mínimas para adecentar la línea actual y que el ferrocarril pueda circular con un mínimo de dignidad, ya sea con pasajeros o mercancías.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 16:55

Si en el ámbito de las nuevas tecnologías se acuñó el término de brecha digital para referirse a la creciente distancia que existe entre los usuarios de las nuevas tecnologías y los que ni siquiera se aproximan a ellas, no sería exagerado hablar de la importantísima "brecha ferroviaria" que se ha creado en nuestro país.Los sociólogos han reiterado hasta la saciedad la importancia de reducir el tamaño de la brecha digital ya que, a la velocidad que todo evoluciona, los "no digitales" se convierten en ciudadanos de segunda, con acceso limitado a información y servicios, lo que genera desigualdades e injusticias, por supuesto.Además de la evolución natural de la sociedad, la reducción de esa brecha pasa por la formación de los segundos o bien por la implementación de herramientas que sirvan para facilitar el acceso al mundo digital. Y nunca al revés, es decir, ni se puede rebajar el grado de desarrollo, ni se debe reducir la marcha de su evolución.La vertebración ferroviaria en España ha generado una auténtica brecha. Lo más triste en este caso es que se ha creado de forma consciente y sin alternativas.Así como el salto de conocimientos de la población se produce de forma "natural", en el caso del ferrocarril las distancias hay que atribuirlas a una gestión deficiente, cuando no inexistente, en la planificación a largo plazo de infraestructuras estratégicas y en la tibia apuesta por la vertebración regional como método para el desarrollo de la economía local y nacional.El pasado sábado, cerca de tresmil personas secundaron en Teruel una manifestación para reclamar la mejora de la infraestructura ferroviaria, de las conexiones y de la oferta comercial y de precios para conseguir que el ferrocarril vuelva a ser competitivo tanto para viajeros como para mercancías. También se solicitó la revitalización del eje Cantábrico-Mediterráneo y la reapertura del paso fronterizo con Francia a través de Canfranc.¿Creen que piden demasiado? En absoluto. Como se ha reiterado en varias ocasiones, solo con el coste de dos kilómetros de AVE podría hacerse competitivo el eje ferroviario para mercancías entre Sagunto y Aragón. Y así sucesivamente.La reivindicación aragonesa, a la que lógicamente se ha sumado la valenciana, no es en absoluto egoísta o localista. Al contrario, cualquier inversión en estas líneas repercutirá en un futuro en la competitividad de la economía española, sin duda. Es cuestión de mirar con las luces largas encendidas.Ahora que nos adentramos en época electoral y que algunos aprovecharán para revisar su política de infraestructuras, reivindicamos que se tomen medidas urgentes para reducir la brecha ferroviaria en España, en cualquier región, para seguir evolucionando.