Se trata de elegir bien las palabras clave en la búsqueda en los pdf de los programas, que a los efectos que aquí importan son: logística, transporte, puertos, mercancías, ferrocarril, intermodalidad...; clicar en Buscar y esperar los resultados, traducidos en número de coincidencias. Tengo curiosidad, sí, por conocer los contenidos de los programas para ver qué hay de nuevo bajo el sol logístico de este país que mira al 20-D con una mezcla de expectación e indiferencia, acostumbrado al "contigo, pan y cebolla", entregado al "ni contigo ni sin ti mis males tienen remedio". Un país que no cree en su clase política y que, sin embargo, se aferra a ella haciendo bueno aquello de "por pedir, que no quede". Esta última semana, aún de precampaña, no han sido pocas las voces que, en varias CC.AA., se han alzado para hacer del ferrocarril bandera reivindicativa, buscando un compromiso político. Los presidentes de Cantabria y Euskadi, Revilla y Urkullu, protagonizaron una escena casi inédita, dadas las tibias relaciones institucionales existentes entre ambas comunidades, para hacer frente común en defensa de un tren de altas prestaciones para unir Bilbao y Santander "también para las mercancías".En Teruel, la última provincia a la que llegó el ferrocarril en España, una protesta ciudadana convocada por la Plataforma en Defensa del Ferrocarril dejó patente la unidad que existe en la provincia y entre los territorios vecinos a la hora de reclamar "un ferrocarril digno" en un eje Cantábrico-Mediterráneo, que beneficiaría a siete comunidades autónomas y 11 millones de viajeros potenciales "y también a las mercancías". En Aranda de Duero, las instituciones y el empresariado de Burgos, donde se ha creado la "Plataforma por la Recuperación del Directo Madrid-Burgos", busca rescatar del olvido esta línea inaugurada en 1968 y abandonada hace apenas tres años, con el argumento de que es imprescindible para el desarrollo económico e industrial de la zona por la que transita. Actualmente, los trenes de mercancías que circulan entre Madrid y Bilbao (Continental Rail, Tracción Rail, Transfesa, Transitia, Renfe...) deben dar un rodeo de casi 100 kilómetros por Valladolid incurriendo en un incremento de consumo cercano a los 500 euros por cada tren, lo que tiene su correspondiente impacto en el coste logístico de las mercancías que se transportan en este recorrido.Sin embargo, no parece que Fomento, al menos su actual titular, esté por la labor de destinar recursos a la recuperación de una línea de ancho ibérico como la Madrid-Burgos cuando su coste de mantenimiento podría ser superior incluso al coste logístico que supone dar el rodeo por Valladolid. Unos cálculos, por cierto, que, de existir, deberían ser conocidos para justificar cuando menos su falta de rentabilidad económica, ya que la social no es tan fácilmente medible.Eso sí, antes de que la Madrid-Burgos acabe convertida para siempre en una vía muerta, estaría bien que la reconvirtieran en una Vía Verde. Que tampoco es mal reclamo para un programa electoral. Yo, por si acaso, me lo apunto.