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Partículas portuarias

Los vecinos de Alicante han comenzado el otoño enfadados con el Puerto. Primero fueron las supuestas irregularidades en la actividad estibadora en materia de graneles, después la necesidad de contar con licencia ambiental y ahora, la poca presencia del gobierno autonómico en la presentación del estudio de INECA sobre el proyecto de Zona Franca liderado por la diputación alicantina.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 16:57

Sobre lo primero, no sé de qué otro modo puede presentar Juan Antonio Gisbert, presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, los datos sobre las garantías de salubridad de una actividad comercial tan importante en España como son los graneles sólidos. Para tranquilizar a la población, Gisbert ha hablado en la radio, ha expuesto todos los datos mil veces, hasta ha habilitado, a través de la web del enclave, un apartado en el cual se pueden consultar las mediciones de calidad del aire que se realizan de forma continua para el autocontrol de inmisión de partículas conforme a lo establecido en la legislación.No sé cómo esperan los alicantinos crecer si apuestan por reducir la actividad del principal nodo económico de la provincia renunciando a los graneles... Pero ahí están. ¿Saben cual ha sido el problema? Pues que a los vecinos se les ha otorgado un megáfono de excepción: el ayuntamiento de la ciudad. Y no se les ha exigido pruebas, que es lo peor. Se han cogido de la mano una asociación vecinal, con denuncia incluida, y un concejal y se ha montado el pollo a cuentas del 25-M (sí todavía andamos en esas).Además, se dice que la relación entre el alcalde, Gabriel Echávarri, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, no es buena y que por esa razón en la toma de posesión los discursos de ambos fueron, cuanto poco, tensos. Pero, una vez superada esa reticencia personal, ¿se podría ser profesional y centrarse en que la economía local no se resienta? Parece que así lo han entendido, por fin, los del Consistorio porque llevan unos días en los que las críticas están siendo constructivas. Menos mal. Por el momento, el pasado viernes se entrevistaron cordialmente Echávarri y Gisbert. Acordaron, revisar los horarios de la zona de ocio del Muelle de Levante buscando el consenso con las partes implicadas y otros actores del sector turístico. Y sobre la descarga de graneles, el alcalde felicitó al Puerto por su transparencia (en relación a los datos públicos de las mediciones) que confirman lo que el Puerto ha señalado cien veces: no se superan los niveles mínimos establecidos por la Ley de Calidad del Aire. Además, por si a alguien le rechinan las mediciones, el puerto también les ofrece la posibilidad de que sean hechas por el Ayuntamiento o una tercera institución independiente. ¿Qué más se puede pedir?Bien, pues cuando parecía que se habían superado estos absurdos enfrentamientos Puerto-Ayuntamiento, ¡zas! se presenta el estudio "Acciones de regeneración del tejido empresarial de la provincia de Alicante: Zona Franca para la provincia de Alicante" y las presencias y ausencias abren un nuevo debate. Además, el proyecto nace con un gran sambenito: que no se considere una propuesta real sino electoralista porque el PP la activó tras las derrotas en las autonómicas y municipales. Hay quien argumenta que no es así, pero entonces, ¿qué hacía en la presentación del informe el ministro José Manuel García-Margallo? Huele mucho a que se buscaba un rédito partidista. Qué pena que los proyectos que podrían generar empleos surjan siempre a semanas de las elecciones.