Como él mismo reconocía en el comunicado, firmado de su puño y letra, su situación "próxima a la jubilación" debía darle "una tranquilidad o despreocupación sobre muchos hechos y el futuro, pero la realidad es todo lo contrario", ya que "desde hace tiempo -escribía- estoy muy preocupado con algunas vicisitudes, que para otros no son importantes pero para mí sí".Tras realizar un razonado diagnóstico de la situación de la estiba en el Puerto de Bilbao y enumerar los problemas mas importantes que en aquel momento afectaban a la profesión y a la unidad de los estibadores, Luis Alberto, "El Ché", proponía en el último párrafo el reagrupamiento de los estibadores e invitaba a mirar al futuro evitando las alusiones al pasado."Yo propongo que los estibadores volvamos a realizar asambleas urgentemente informando, priorizando los problemas, evitando alusiones a lo hecho o no hecho en el pasado. En los últimos años todos nos hemos equivocado alguna vez. Hay que mirar al futuro. En democracia y en el mundo laboral está todo inventado. Se puede organizar una asamblea con moderador, regulando las intervenciones, las alusiones etc., sin enfrentamientos, dialogando, todos somos compañeros estibadores". Firmado: Luis Alberto Pérez Villar.Hace cinco días, los "compañeros estibadores" de los que hablaba Luis Alberto, "El Ché", en su comunicado colgado en el Tablón de Anuncios de Bilboestiba, recorrían unidos y en silencio los viales y muelles del Puerto de Bilbao detrás de una pancarta en la que, en euskera, se leía: "Lan istripurik ez" ("No más accidentes laborales)".Luis Alberto, "El Ché", a quien tras tantos años de trabajo y lucha sindical a pie de muelle apenas le separaban siete meses de la jubilación, fallecía atropellado por una máquina un día antes, a las 8.20 horas del miércoles 11 de noviembre, en el muelle AZ-3 del Puerto de Bilbao.Quienes le conocieron de cerca aseguran que la prudencia y la sensatez eran señas de identidad de Luis Alberto, "El Ché", algo que muchos trabajadores portuarios podían confirmar, "sobre todo cuando les advertía de los riesgos laborales en el puerto y del cuidado extremo que hay que tener siempre en el puesto de trabajo".Quienes compartieron su tiempo con él recuerdan una frase suya "que quedará para el recuerdo del colectivo portuario y de todos los trabajadores que nos relacionábamos con el: ‘las máquinas siempre a 15-20 metros de nosotros'". Pocas veces el destino es tan cruel como en este caso. No llegué a conocer personalmente a Luis Alberto Pérez Villar, "El Ché", pero siento su pérdida como si yo también fuera uno más de sus "compañeros estibadores", como a él le gustaba remarcar. D.E.P.