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Comunidad, cluster y frente

Conforme pasan los años, se refuerza la vieja idea de lo importante que puede llegar a ser, al menos en nuestro mundo logístico, eso de unir criterios, imagen, actitudes, estructuras e infraestructuras, al menos en algunos momentos, al menos para algunos temas.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 17:05

La cantinela de la unidad del sector es recurrente, cansina casi, pero no por ello se debe dejar de entonar, constantemente si es preciso. En tiempos normales, y en tiempos separatistas con más motivo, se vuelve a reforzar la idea de que quien antes imponga la lógica de la unión de esfuerzos tendrá posibilidades multiplicadas de conseguir un premio todavía lejano: competir de forma contundente con los grandes nodos logísticos del norte de Europa. Aspirar a semejante logro, pasa por una construcción minuciosa desde abajo hasta arriba. El paso primero, todavía por lograse de forma contundente, habrá de pasar por la unión, puntual si ustedes quieren, de los distintos gremios implicados en la cadena logística. El puerto que lo logre habrá conseguido un paso definitivo hacia la creación real de una comunidad logística que pueda hacer frente a los concretos retos comunes. Entre ellos figuran asuntos como la defensa de intereses ante la administración, el posicionamiento real entre el empresariado generalista o la defensa de la imagen de este o aquel enclave logístico ante la sociedad y los medios de comunicación. Muchas comunidades logísticas podrán pensar que ese paso ya lo tienen resuelto, aunque no todas estarán en lo cierto. El paso siguiente pasa por la coordinación, si no unidad, de distintos centros logísticos. Los grandes puertos han generado más ruido que nueces en este tema. Es, por tanto, otro viejo asunto, pero en esta ocasión creo que pocos serán los que se atrevan a decir que tienen este tema resuelto. Unir o coordinar en un "cluster" aeropuerto, puerto, centros de transporte, conexiones ferroviarias... de una misma ciudad, es algo que se ha intentado, e incluso se ha presentado y publicitado, para luego quedarse en nada. Carne de foto. Así a todos nos vendrán a la cabeza distintas iniciativas que, tras su presentación oficial, sus catálogos, sus folletos y sus buenas intenciones, han quedado sumergidas en el limbo. Ha habido incluso intentos de llegar a la tercera fase, a veces sin pasar por las dos anteriores. Unir nodos logísticos de distintas provincias, creando frentes portuarios y/o logísticos ha vivido también su momento de bombo y platillo, para luego diluirse semejante iniciativa como un azucarillo. La idea de cimentar el futuro en base a unir gremios, centros logísticos e, incluso, la logística de distintas áreas geográficas, es eso: un tema de futuro. Pero el futuro, como todos sabemos, ya no es lo que era. Mucho de ese futuro ya es presente, incluso pasado, en muchos aspectos. Hoy, con la que está cayendo, se hace más preciso que nunca delinear cómo debe ser nuestra logística para que coseche los frutos de generación de progreso y puestos de trabajo que le corresponde. Se hacer preciso, más que nunca, una representación centralizada de todos los agentes que intervienen en la logística. Una coordinación de esas voces y esos intereses en un solo cluster de cada zona, que pueda, en una tercera fase, aspirar a coordinarse con los recursos de otros nodos cercanos. La ubicación de nuestro país y su inmenso potencial logístico no puede permitirse otro objetivo. Tampoco tenemos tantos frentes en los que podamos aspirar a tanto.