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Reflexión

Llama la atención, por lo menos a mí sí, que se organicen unas jornadas para analizar las amenazas, debilidades, fortalezas y oportunidades para todos los que intervienen en la cadena de valor de los puertos y que no se cuente con algunos de los eslabones más importantes de esa cadena.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 17:20

Es curioso que en la jornada "Claves para la Competitividad de los Puertos Españoles", celebrada el martes en Madrid, se decidiera prescindir directamente de la voz de actores clave; quizás porque no interesaba escuchar lo mucho y muy interesante que pueden decir a la hora de hablar de amenazas y debilidades.No solo me refiero a los representantes de los trabajadores de la estiba, sino también a colectivos tan relevantes como el transitario, los representantes aduaneros y los propios cargadores.Resumiendo, sin tratar de hacer demagogia, no entiendo cómo se puede hablar del futuro de los puertos españoles si no se ha explicado con claridad cuál es la postura oficial (del Gobierno, digo) en torno a la sentencia de la estiba. Es decir, si la solicitud de aplazamiento es simplemente para salvar las elecciones o si realmente es algo absolutamente necesario para el futuro de los puertos españoles.Muchos de los asuntos que el martes se analizaron y gran parte de las conclusiones extraídas, estarán condicionadas a una más que previsible obligación de cambiar radicalmente el sistema de la estiba en España. Con el próximo ejecutivo, claro.Pero bueno, por tratar de no volver siempre a lo mismo, me gustaría detenerme en los otros actores que no intervinieron en la famosa jornada.Las autoridades portuarias tratan de vender su puertos y muchas de ellas se afanan en reforzar sus equipos comerciales con toda lógica y legitimidad. Todos sabemos, no obstante, que los primeros comerciales de un puerto son precisamente sus usuarios, aquellos que deciden en último término si las mercancías llegan por aquí o por allá y aquellos que tienen que pelear con los cargadores para explicarles un sobrecoste, un retraso o cualquier daño en su mercancía.Estos agentes, quizás más que cualquier otro, son los primeros que observan las amenazas, debilidades, fortalezas y oportunidades de cada uno de los puertos españoles. Por este motivo, y no por cualquier otro, es todo un lujo no contar con sus opiniones.Es comprensible que los puertos y sus operadores quieran tener una jornada de reflexión, de observar todo lo que tienen dentro y poner en común las conclusiones. Hasta aquí bien. Pero comprenderán que pidamos un poco más, que se pongan las luces largas y se trate de abarcar un poco más... aunque para ello sea necesario tragar algún que otro sapo indigesto. No es una crítica, simplemente estoy haciendo referencia a la oportunidad perdida ya que, evidentemente, cada uno es libre para organizar lo que quiera y como quiera.Si algo podemos asegurar de cara a los próximos meses es que se va a quedar todo paralizado a la espera de que las elecciones generales y sus resultados generen un escenario en el que volver a salir de bambalinas. Si consideramos que este periodo que afrontamos ahora será de reflexión y revisión, qué importante será tener los datos y opiniones de todos.