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El "descorrecortinismo"

El reformismo del que tanto hace gala la vicepresidenta del Gobierno ha llegado hasta el refranero, de tal forma que el popular “dime de qué presumes y te diré de qué careces”, ha mutado en manos del equipo de Rajoy en “dime de qué careces y te diré de qué debes presumir”, una fórmula que, antes que representar una crítica, encierra una virtud pues remite al tótem de la austeridad, una de las máximas por las que este Ejecutivo debería ser salvado de esa hoguera a la que las encuestas le llevan. 

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 17:25

Resulta que en esta campaña genial de convertir a Mariano Rajoy en un político normal que se baña en los ríos para que le hagan fotos los periodistas, que pasea por las calles y se deja abrazar por las abuelas y abuchear por los antisistema, que se pelea por las mañanas con su hijo por leer el Marca y que concede entrevistas en la tele y en la radio sin preocuparse de que se le dispare el tic del ojo y la ceja, en esta campaña, digo, no podía faltar la vertiente “cortacintas” o, por denominarlo con su corriente filosófica más aceptada, el “descorrecortinismo”, que eso de las tijeras y el recortar se ha trufado de connotaciones y ahora lo que se impone es el “desvelar”, el “descubrir” o el “descorrer”, pues lo bonito, además de inaugurar, es dejar un huevo plantado para la posteridad, ya sea una placa, un busto o un mojón, palabra que, por cierto, la RAE también contempla con la acepción de “porción compacta de excremento”, lo cual también viene al pelo.Lo publicábamos la semana pasada en estas páginas: Pastor ha decidido sacar de paseo a Rajoy y apuntarle al “descorrecortinismo”, en un rally de inauguraciones y visitas institucionales absolutamente ridículo, no porque se ponga en cuestión la procedencia o no de que la ciudadanía conozca lo que se ejecuta por voz de sus ejecutores, sino porque, como les decía al inicio, el Gobierno corre el riesgo de, por el desesperado afán de presumir, distorsionar la imagen que con justicia se ha ganado en estos años y que no es precisamente la de las inauguraciones a troche y moche de los últimos tiempos de José María Aznar y los primeros de Zapatero, Plan E incluido, los tiempos del despilfarro y del faraonismo, ese contra el que Pastor emprendió una cruzada justa y necesaria que los populismos se han encargado de envenenar torticeramente.Señores del Gobierno y del Partido Popular, ¿quieren ustedes presumir de lo que han hecho en estos años? ¿Quieren mostrar a la sociedad española los frutos de su esfuerzo? ¿Quieren hacer ver a los votantes el milagro económico que han logrado? ¿Lo quieren de verdad?Pues entonces dejen de proyectar una falsa imagen del presidente del Gobierno y sáquenlo de este absurdo “descorrecortinismo”. Devuelvan a Rajoy a su despacho porque si en estos cuatro años no sacó a pasear el tic del ojo por las infraestructuras españolas más que en contadas ocasiones no fue por un error de comunicación, sino porque no se hicieron infraestructuras de relevancia más que en esas contadas ocasiones.Y eso, (cuéntenlo, por Dios, cuéntenlo), no fue un error, ni una equivocación, ni un sometimiento a Europa, ni una obsesión enfermiza, ni emanó del cerrilismo.Eso es lo más sensato que se ha hecho en este país en décadas porque la austeridad no es esa pamema demagógica y tramposa que nos quieren hacer creer los populistas cuando la denigran. La austeridad es un principio y un valor social fundamental y nos dice que uno no se puede gastar lo que no tiene y, ojo, ni tampoco empeñarse en lo que no necesita. Es la única forma de garantizar el futuro y no abonar la ruina, esa de la que estábamos enfermos terminales y que nos tenía ya camino del infierno.Ministra, presidente, dejen de plantar mojones y de decirle a España lo que no son ni han sido. Gasten el poco tiempo que les queda en contar que hoy estamos saliendo de la crisis por todo lo contrario, por no haber despilfarrado ni perseverado en ese “descorrecortinismo” que tan gratis les sale a quienes disparan sin las balas de la responsabilidad.Presuman de lo que han carecido. En infraestructuras es ese su gran logro.