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Ser ejemplo o no

Valencia reunió la semana pasada a los amarradores de todo el mundo en su asamblea anual. No se iba a celebrar pero la delegación valenciana se agarró los machos y coordinó a las diferentes delegaciones para que asistieran en un tiempo récord. Las asociaciones internacionales centraron el interés del evento, pero los españoles, que no son tontos, aprovecharon para reunir a su junta y actualizar sus pareceres en asuntos de la profesión. Nada nuevo que destacar: la calidad de las empresas de servicios técnico náuticos del país está más que garantizada y superan, con creces, los estándares exigidos en la Unión Europea que batalla ahora por lograr algo similar a la normativa española. ¿Por una vez vamos por delante? ¿Y nos viene bien?

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 17:33

Pues parece que no. Los que saben de la profesión subrayan que ir por delante no es tan positivo como cabría esperar porque la competencia es buena si está organizada. Y es que abrir el mercado a todos pero sin exigir unos mínimos estándares de seguridad y experiencia perturba a los que gestionan, desde hace años, la seguridad de los recintos portuarios, ayudan a Salvamento Marítimo en acciones determinantes e invierten, y reinvierten, para contar con las últimas tecnologías y títulos formativos que les permitan ofrecer el más completo de los servicios. El evento tuvo también su parte más anecdótica ya que se convirtió en el primer acto público del presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, puramente con el sector portuario, tras su toma de posesión y varios encuentros con representantes públicos alejados del colectivo marítimo. Teníamos curiosidad por saber por dónde discurriría su discurso, pero fiel a sus palabras, el presidente de Valenciaport destacó la importancia del colectivo dentro de un todo que es la comunidad logística. Puso de relieve una exigencia fundamental: "Tenemos que ampliar las infraestructuras básicas, mejorar los servicios, reducir los costes y tener capacidad para adaptarnos a las exigencias de los clientes". Para luego reclamar la acción de todos: "Espero contar con su colaboración. Sólo con su ayuda podremos hacer una oferta competitiva en el mercado". Martínez sabe muy bien cómo bregar en lides complicadas, así que el proyecto portuario se le debe antojar más interesante que inquietante. Y, para qué engañarnos, con la facilidad de palabra que sólo un profesor puede lograr tras años de monólogos didácticos, Aurelio Martínez, inauguró la asamblea de los amarradores y presentó su proyecto portuario en lo que se esperaba que sólo fuera un saludo que invitara a los presentes a debatir provechosamente durante su asamblea. Hizo un todo en uno. Por cierto, otro presidente portuario que también se encuentra bregando en el mercado exterior es el de PortCastelló. Francisco Toledo está estos días en Bolonia pateando el salón cerámico CERSAIE junto a los miembros de la comunidad logístico-portuaria. El nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Castellón no ha tomado posesión de su cargo todavía, ya saben ese acto formal en el que el nuevo presenta sus objetivos, pero no por ello se ha quedado mudo. Toledo sabe muy bien cuáles son los valores del puerto y entre sus retos está potenciar la gestión comercial centrada en la búsqueda de nuevos tráficos y clientes que potencien su comercio exterior gracias al enclave. Gestión y más gestión. Parece que estas sí que son las palabras clave en la nueva andadura de los puertos. De los valencianos al menos.