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Wingfoot Express

Una fría mañana de abril de 1917, un grupo de trabajadores de la factoría de Goodyear en Akron, Ohio, se concentraron frente a la puerta del garaje de la compañía. Ante ellos, un Packard de 5 toneladas, de aspecto desgarbado y con el motor al ralentí, estaba a punto de hacer historia. La carrocería del camión había sido diseñada por la marca estadounidense de neumáticos con el objetivo de establecer la primera ruta interestatal norteamericana, realizando recorridos sin paradas desde su factoría de Akron hasta su planta de Connecticut y viceversa, cubriendo una distancia de 740 millas ó 1.190 kilómetros.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 17:34

Detrás del asiento del conductor, a lo ancho del vehículo, Goodyear dispuso un compartimento con litera. Empleando un equipo de dos chóferes, éstos podrían alternarse. Mientras uno conducía, su compañero descansaba. Había nacido la primera cabina litera de la historia del transporte de mercancías por carretera. Harry Apple y Harry Smeltzer saludaron a sus compañeros desde el Packard, bautizado como "Wingfoot Express", y comenzaron a recorrer los primeros metros de un viaje que la historia ha situado como pionero en el transporte de largo recorrido en EE.UU. Han pasado casi cien años y los camiones han evolucionado hasta convertirse en auténticos hogares rodantes, con niveles de seguridad y confort impensables para los pioneros del "Wingfoot Express". Sin embargo, el tema de los tiempos de conducción y descanso sigue preocupando hoy a chóferes y empresas de transporte. De hecho, la fatiga al volante es la cuarta causa de mortalidad en la carretera y según una encuesta de MiX Telematics a más de 200 conductores profesionales españoles, el 64% de los mismos ha tenido algún incidente producto de la fatiga.Así, la iniciativa de países como Francia o Bélgica, que han dictado normas para impedir que los transportistas completen su descanso semanal en las cabinas de los camiones, abre un debate sobre la idoneidad de tal medida, en el que aspectos como la seguridad y la dignidad del transportista se mezclan con los económicos y de libertad de elección, poniendo los pros y los contra en una balanza cuyos platos mantienen un aparente pero difícil equilibrio. Es evidente que, desde el punto de vista estricto de la seguridad vial, si el descanso semanal no puede hacerse en el domicilio, es mejor hacerlo en un hotel que en la cabina del camión. Cabría entonces la opción de que se modificara la redacción del reglamento sobre tiempos de conducción y descanso y el resto de Europa se apuntara a la iniciativa francesa para "garantizar el descanso semanal normal de los conductores en condiciones dignas", según su nueva normativa. Entretanto, gendarmes franceses han formulado ya varias denuncias contra transportistas españoles cuyos chóferes han realizado el descanso semanal de 45 horas en el vehículo o no han podido acreditar lo contrario, siendo multados con 2.300 euros. La Comisión Europea estudia si las normas de las autoridades de Bélgica y Francia para controlar el descanso semanal de los camioneros que atraviesan ambos países son compatibles con la normativa comunitaria ya que podrían estar destinadas más a favorecer que las empresas de esos Estados capten fletes que ahora hacen empresas de otros Estados que a mejorar las condiciones laborales de los conductores.El espíritu del "Wingfoot Express" aún sigue rodando por las carreteras estadounidenses, con camiones equipados con cama, WC, ducha, cocina y TV de 16". Europa es otra historia. Burocracia.