Hace meses que se vienen dilatando, sin causa aparente, las negociaciones entre las partes implicadas, haciendo oídos sordos a los avisos de Bruselas. Y al final ha pasado lo que tenía que pasar. Que la reforma de la estiba se va directa a la próxima legislatura.Y la primera consecuencia de todo ello es que nos quedan por delante unos cuantos meses de incertidumbre -otros más- y que se ha vuelto a perder la oportunidad de acabar ya, y de una vez por todas, con este desasosiego de un sector como el de la estiba que, nos guste o no, tiene en sus manos buena parte del devenir de las comunidades portuarias españolas.Lo tenía muy fácil esta vez el Ejecutivo para quitarse el muerto de encima. Tenía la excusa perfecta: Europa. Pero se ha optado por escurrir de nuevo el bulto.Es humano, y por ende comprensible, que a nadie le guste enfrentarse al colectivo estibador. Sabemos, o nos podemos imaginar, lo que pasará si el redactado legal no es del gusto de Coordinadora: darán la cara y pararán los puertos, como siempre lo han hecho. Y es más que probable que no les guste porque poco margen de maniobra deja la sentencia emitida por el Tribunal de Luxemburgo el pasado mes de diciembre.Es difícil que Bruselas niegue a España el aplazamiento solicitado porque no sería muy razonable que una reforma de tal calado tuviera que aprobarse con unas cámaras ya disueltas -aunque tampoco sea razonable esperar hasta el último momento para ver si al profe le cuela la excusa de turno y no nos deja sin recreo- . Pero lo que resulta curioso es que el Ejecutivo actual pretenda que el nuevo Gobierno logre en pocas semanas -Europa no va a dar un plazo indefinido- lo que él no ha hecho en más de diez meses.Pero el Ejecutivo no es aquí el único responsable de que no se haya cumplido una sentencia europea. Patronal y sindicatos también tienen su parte. ¿O es que alguna vez creyeron que al ritmo que llevaban las negociaciones y presentando a Bruselas propuestas que no cumplían con lo exigido por la sentencia iban a poder llegar en plazo a la solución definitiva?En el caso de Coordinadora, el sindicato mayoritario en la estiba, parece que el plazo solicitado ahora no es muy de su agrado y que esperaban finiquitar el tema en la legislatura actual. O al menos eso dicen en público. Sin embargo, las cuentas son muy sencillas. Solo hay que contar los días que quedan antes de que se disuelvan las Cortes para darse cuenta de que, con aplazamiento concedido o sin él, era francamente difícil sacar adelante el tema.Y aunque no es lo peor de todo, hay otro asunto que no es baladí: nos enfrentamos a multas sustanciosas por parte de Europa por no haber cumplido la sentencia del Tribunal de Luxemburgo. Tirar del dinero de esta forma me parece, sinceramente, una negligencia.