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Alicante free zone

No sé qué tienen las zonas francas que, de un tiempo a esta parte, están muy de moda en la Comunitat Valenciana. Según dicen todo son ventajas, ayudan al comercio exterior, generan mucho trabajo vinculado a su existencia y la inversión es limitada porque, a fin de cuentas, no es más que un espacio físico, delimitado y controlado, que goza de algunos beneficios tributarios como la excepción del pago de derechos de importación de mercancías, la exoneración de algunos impuestos, etc. Con lo que coste, coste... no es mucho. El municipio tan sólo tiene que expropiar unos terrenitos, que al precio que se expropian tampoco es tanto, y vender el proyecto para que los que lleguen hagan sus instalaciones y comiencen a traer mercancías. Así que, si todo es tan sencillo: que me pongan una zona franca en cada provincia y arreglado, ¿no?

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 17:42

El único problema es que me parece que no están contando toda la verdad. No sé porqué creo que nos están intentando dar gato por liebre y que tan fácil no es.El primer proyecto que saltó a la palestra, allá por el 2012, fue el que impulso el municipio de Paterna. Con el fin de incrementar la economía local y generar centenares de puestos de trabajo, hecho que venía muy bien en plena crisis económica y con el desempleo alcanzando sus máximos históricos, Paterna presentó la iniciativa allá donde le dejaron. La conocida como la Zona Franca de la Comunitat Valenciana anunció sus valores añadidos en la Generalitat, en el Ministerio, en el Puerto de Valencia, en AVE, en la CEV, en China... todo aquel que quisiera conocer las ventajas de invertir en este espacio libre de impuestos, tenía las puertas del consistorio paternero abiertas. Pero llegaron las elecciones autonómicas y municipales y con ellas llegó un cambio de aires. Los nuevos dirigentes del Ayuntamiento de Paterna vieron con asombro las facturas y gastos generados bajo el epígrafe "promoción de la Zona Franca" y decidieron paralizar el proyecto de manera inmediata. "No es un proyecto real", argumentaron. Así que adiós a esos preacuerdos firmados con inversores, adiós a las gestiones realizadas con los ministerios, incluido el de Defensa, para la cesión de los terrenos, adiós a ¿la salvación del municipio? No creo.Al mismo tiempo, y lo digo de forma literal, la Diputación de Alicante se ponía en pie para presentar su nuevo proyecto: una zona franca en el Puerto de Alicante. En serio.Según el presidente de la Diputación alicantina, el proyecto se enmarca en la necesidad de llevar a cabo acciones de regeneración del tejido empresarial de la provincia mediante la creación de un centro logístico en el que se concentren compañías autóctonas y foráneas capaces de activar una economía de escala bajo el beneficio de la neutralidad fiscal. Lo mejor es que la Diputación presentó el proyecto sin tenerlo redactado. Así que se lanzó la noticia pero sin entrar en más detalle que lo dicho: servirá para que crezcamos todos. ¿Pero qué hay de real detrás de esto? Además, no se contó con el Puerto de Alicante (que se enteró del proyecto al día siguiente en una reunión) ni con la Generalitat ni con el ministerio. Total los accesos al puerto y a la susodicha zona franca, se ve que no importan. Un despropósito.Y es que cuando los proyectos llegan de la mano de los políticos, esto es lo que tenemos: proyectos electoralistas, rimbombantes, que acaparan titulares pero carecen de contenido. Ahora tendremos que esperar a ver si es posible que de ahí surja algo. Por el momento, todos están ilusionados. La comunidad logística está esperanzada... Esperemos que la cosa no quede en agua de borrajas. Esperemos.