No hay más que acercarse, para comprobarlo, a las entidades bancarias o a las delegaciones de Hacienda en las temporadas en las que se acerca la fecha límite para presentar la Declaración de la Renta. O estar atento al mercado de fichajes de futbolistas, donde hasta los más reputados clubes del mundo acaban desbaratando en el último minuto del "transfer market" operaciones multimillonarias por su manifiesta incompetencia. Para todo hay siempre un último minuto. Con sus 60 segundos, que también cuentan. Y mucho. Que se lo digan a David de Gea.También el pasado 6 de julio debió ser una jornada de mucho trajín para Puertos del Estado y las Autoridades Portuarias en el último día del plazo fijado para la presentación de solicitudes de ampliación de los plazos concesionales. Así lo dejó ver en el transcurso de una mesa redonda en Santander, el director de Servicios y Competitividad de Puertos del Estado, Ignacio Arrondo, quien, de alguna forma, reprochó al vicepresidente de la Plataforma de Inversores Españoles en Puertos Españoles (PIPE), José Luis Almazán, que éste pidiera "celeridad" a las Autoridades Portuarias en la resolución de los expedientes, cuando la "inmensa mayoría" de las empresas formalizaron sus solicitudes de ampliación de concesiones en el último día del plazo de un año fijado, dando poco menos a entender que el estudiante, poco previsor, había presentado el trabajo en el último día de plazo y venía a exigir al profesor, una vez entregado, su corrección urgente.Dado el marco profundamente legalista y garantista en el que desarrolla su actividad la Administración, la misma consideración, y lejos de cualquier reproche, debiera merecer la solicitud presentada en el último minuto del plazo respecto a la presentada en el primero. ¿O acaso cabe hacer diferencias en este sentido entre las 319 solicitudes de ampliación del plazo concesional presentadas en plazo?Los concesionarios han ofertado un compromiso de inversión que supera los 1.200 millones de euros, lo que ya de por sí es motivo suficiente para que, dado lo que cada uno de ellos pone en juego, estén legitimados para solicitar a las autoridades portuarias la máxima agilidad y diligencia en la resolución de los expedientes. Su llamamiento ha encontrado la buena disposición de Puertos del Estado, que contratará ayuda externa para evaluar los informes vinculantes lo más rápido posible "pero con todas las garantías necesarias", como no podía ser menos.De todas formas, según avance el proceso de evaluación y las prisas de los concesionarios por ver resueltos sus expedientes aumenten, no me extrañarían en absoluto los llamamientos a la paciencia dirigidos a aquellos que presentaron sus solicitudes en el último minuto del último día del plazo. Como si la Administración Pública fuera un almacén cuya logística se rigiera por el método LILO (Last In-Last Out).