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Céntimos y litros

Es el mismo ritual de siempre. Los mismos movimientos repetitivos, automatizados ya con el paso de los años. La mano derecha aprieta el gatillo de la pistola de la manguera, embocada en el depósito del combustible mientras, holgazana, la mano izquierda busca acomodo en el bolsillo del pantalón y la mirada se pierde en los números que bailan frenética y descompasadamente en el marcador digital del surtidor. En la fila de arriba figura el importe: los euros. En la del medio se lee el volumen: los litros.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 17:46

En la fila de abajo, entretanto, los dígitos que muestran el precio en €/litro permanecen fijos. Sin embargo, son los que realmente marcan el ritmo del baile.Y mientras compongo esta figura y trato de activar inútilmente el bloqueo del gatillo (¿alguien ha conseguido alguna vez repostar con el "manos libres", al igual que lo hacen los "gasolineros"?), siento correr litros de gasoil por mis venas, que cantaría el autor de "Marica de terciopelo", Ramoncín, antes de labrarse un sólido porvenir con la SGAE.El caso es que de un tiempo a esta parte repostar gasóleo en una estación de servicio está dejando de ser una experiencia traumática si lo comparamos con lo que venía sucediendo en los últimos años. Basta recordar que hace ahora exactamente tres años, en septiembre de 2012, el gasóleo alcanzó su máximo histórico con un precio (impuestos incluidos) de 1,45 €/litro, según los datos del Ministerio de Industria Turismo y Comercio. Entonces, los dígitos del importe en el surtidor variaban a una velocidad muy superior a los del volumen.El abaratamiento del precio del crudo, con caídas en el precio del barril de hasta un 60% en los últimos doce meses, no ha ido acompañada de una rebaja equivalente en el precio de los combustibles (el Gobierno pedirá a la CNMC un informe sobre la competencia en el sector de las petroleras para garantizar que la bajada del precio del crudo llegue al consumidor) aunque al menos sí ha logrado aliviar la presión sobre un sector económico como el transporte por carretera, que atribuye alrededor del 30% de sus costes directos al combustible. Con un valor medio actual del gasóleo en España de 1,099 €/litro, que en el caso de algunas estaciones de servicio alcanza incluso los 0,89 €/litro, los transportistas cuentan ahora con un mayor margen de maniobra para equilibrar sus cuentas de explotación al tiempo que se pone de relieve la oportunidad que para transportistas y cargadores tiene la posibilidad de pactar el precio del transporte en función de la evolución del gasóleo. Pero el mayor poder de negociación del cargador ha venido forzando tradicionalmente la no aplicación de estos pactos ante subidas del precio del gasoil. Un efecto "boomerang" para los cargadores que ahora se manifiesta en un escenario de bajos precios del combustible.Las previsiones de diferentes organismos internacionales sugieren que la actual coyuntura de precios bajos permanecerá estable al menos en el corto plazo aunque el sector del transporte en España sigue alerta ante una posible subida de los impuestos sobre los carburantes. Nuestro país es, a excepción las repúblicas bálticas, el país de la UE con el gasóleo más barato. Y eso es una tentación ante la que cualquier Gobierno no permanece impasible por mucho tiempo cuando de recaudar se trata.Mientras tanto podremos seguir disfrutando al repostar y comprobar que los dígitos de los litros corren más deprisa que los de los euros. ¡Carpe diem!