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Compañeros de oficio

Mientras la Unión Europea se aclara con las condiciones del nuevo rescate a Grecia; la estiba, las estibadoras y el Gobierno se tensan en la negociación de la nueva ley que deberá ganarse los parabienes de la mamá Europa; y los inversores de los puertos reclaman, lo que la mitad de los españoles a la Administración, celeridad en sus gestiones y burocracias varias... Señores, me marcho de vacaciones.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:05

Cuando regrese a mediados de agosto la actividad portuaria estará en marcha, a buen ritmo, o eso espero porque siempre comentan en el sector, al menos en Valencia, que los veranos en el puerto son buenos para la faena. Aunque lo demás estará paradito, así que si hay alguien trabajando a partir del 17 de agosto, que se acuerde de mí, porque Diario del Puerto no cierra por vacaciones. Me voy con asuntos pendientes importantes, como el nombramiento de los nuevos presidentes de las autoridades portuarias y, aunque podría ser que se acelerara el ritmo ante la inminente llegada de agosto, no creo que ahora les corran las prisas. ¿O sí? La verdad es que todavía no le he cogido el ritmo a la nueva Generalitat, así que lo mismo nos sorprenden en el próximo Consell y anuncian a los nuevos responsables de los puertos de interés general. Quedará entonces por analizar qué han significado los nombramientos, cuáles son los perfiles profesionales seleccionados (más académicos, burocráticos, técnicos, comerciales, de postureo...) y lo más importante, qué objetivos dicen marcarse en estos nodos de actividad económica de primer orden.Mientras nos llega esta resolución política, quisiera cambiar de tercio y hablar de alguien que nos ha dejado. Ayer el Colegio Oficial de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros de Valencia nos confirmaba la triste noticia: Enrique Silvestre Martí, letrado asesor del Colegio Oficial de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros de Valencia y componente de la Comisión Jurídica del Consejo General, había fallecido el sábado. Noticia inesperada para muchos y de consecuencias muy rápidas, para otros.En mi caso, no me lo podía creer. Hace apenas un par de semanas me llamó para pedirme unos PDFs de los artículos de opinión que le habíamos publicado. Sí, esos artículos que nos enviaba a los medios para dar a conocer la realidad del colectivo aduanero, su indignación o aplauso en relación a la legislación, normativa o cuestión x. Le pregunté entonces por cómo se encontraba, porque le escuché fatigado y afónico, y él, muy prudente, no quiso entrar en detalles. Entonces me despedí con un abrazo y lo hice porque Enrique estuvo durante muchos años hablando con todos nosotros, con los de la prensa del sector, para contarnos qué se cocía en las juntas de gobierno del Colegio de Agentes de Valencia. Siempre que había reunión, ahí estaba él atendiendo la llamada, explicando lo acontecido, dando respuesta a nuestras dudas y, aún más, porque tenía energía para rato e historias que contar a centenares. En sus años mozos, había ejercido de periodista así que las anécdotas eran incontables y nosotros (Pilar, Vicente y yo misma) éramos noveles en el sector, así que imagínense las conversaciones. De horas, a poco que te descuidaras. Fue de los primeros que nos acogió, a los que empezábamos allá por el 2002, con la paciencia de un santo para contarnos qué narices era eso de un agente de aduanas. Y por eso siempre le estaré agradecida. Hablador nato, su voz ya no se escucha, pero sí que se lee, al menos en nuestra hemeroteca.