Es una palabra eufónica y canora como la que más; equilibrada, a la vez suave y rotunda; trisílaba, con sus tres consonantes y sus tres vocales. Tiene todo lo que una palabra necesita para sonar bien y ser agradable al oido, como (escuchen con atención) azahar, mermelada, aceituna, luciérnaga, esencia, naranja... Y sin embargo, la palabra "basura" no termina de convencer.Los basureros, hoy promovidos a técnicos de recogida de residuos urbanos, son los transportistas de la mercancía que nadie quiere. ¿O es que, por ejemplo, no nos impacientamos todos los conductores al encontrarnos con el camión de la basura delante? Y somos los mismos que, un rato antes, hemos dejado la bolsa de basura en el portal para que ellos nos la lleven lo más lejos posible de nuestras casas.No queremos ver ni oler nuestra propia basura aunque nada nos pertenece más que ella. Papeles arrugados, servilletas húmedas, condones con nudo, cáscaras y mondaduras, yogures caducados, comida desaprovechada... que dibujan nuestro propio retrato familiar. Dicen que la basura huele mal. Yo no digo que huela bien, pero creo que mal tampoco es la palabra. La basura huele a verdad. No engaña. Y es verdad también que no hay nada más útil para nuestra sociedad de consumo que los basureros, los transportistas de la basura, esa mercancía usada que nadie quiere tener cerca. Porque nadie presta atención a la basura, a los residuos en general. Eso sí, en cuanto la gente se topa con unas cuantas bolsas apiladas, ya se convierten en el problema más importante del mundo. Hay muchos trabajos peores que el de transportista de basura. Al menos, ellos no tienen que verle la cara a los jefes y pueden conversar con el compañero. Pero a la mayoría de ellos les gustaría hacer otra cosa. Oler distinto. Dicen que sí, que la basura es verdad, pero que esa verdad cansa.Lo cierto es que la basura, además de una palabra bonita es también un suculento negocio que huele y sabe a dinero. De hecho, es el sector del transporte y la logística uno de los principales beneficiarios de este invisible negocio ante el que casi todos preferimos cerrar los ojos y taparnos la nariz. Sin embargo, la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) ha hecho pública la adjudicación a la UTE Renfe Mercancías-Logirail-Copasa, por un importe de más de 131 millones de euros y un período de 10 años, del servicio integral de transporte combinado de residuos urbanos desde las 37 plantas de transferencia distribuidas por Galicia hasta el complejo medioambiental de Cerceda.Con el nuevo contrato, Sogama ahorrará 136.154 euros al mes, lo que se traduce en más de 1,6 millones de euros anuales. El nuevo modelo permitirá duplicar la cantidad de residuos que se transporta por ferrocarril, pasando del 25% actual hasta el 55%, al tiempo que reducirá la circulación de vehículos pesados por carretera y ahorrará en los tiempos de transporte.¿Cómo les suena ahora la basura elevada a la categoría de mercancía, en clave logística y de rendimiento económico? La basura no huele bien. Pero tampoco tan mal. Huele a verdad.